EL ANTIGUO TESTAMENTO EN NUESTRO CAMINO DE FE

EL ANTIGUO TESTAMENTO EN NUESTRO CAMINO DE FE

Vamos a comentar como nos habla Dios en el Antiguo Testamento. Dicho de otro modo, decimos: lo que nos deja el Antiguo Testamento en nuestro camino de fe.

¿Por qué es importante meditar el Antiguo Testamento en nuestro camino de fe?

Muchas veces interpretamos en forma errónea de cómo es Dios en el Antiguo Testamento y como actúa con las personas. Lo interpretan como un Dios lejano, conocido más bien como un juez que premia y castiga, según como actuamos en la vida y lamentablemente algunos viven con esa imagen de Dios hasta el día de hoy.

¿Cual es el origen de esta imagen?

Recordemos algo de la Alianza del Sinaí donde Moises se comunica con Dios y allí nace una Alianza entre Dios y el pueblo de Israel.

En esa época era un pueblo unido que se entregó por entero a Dios. Lo que le sucedía a uno afectaba a todos. Es como la estructura de nuestro cuerpo: si algún miembro de nuestro cuerpo se daña, afecta la salud de todo mi cuerpo.

Pero la conducta del pueblo experimento un cambio profundo cuando se establecieron en la tierra prometida. Allí se transformaron en pobres y ricos, sanos y enfermos, algunos de los cuales eran marginados de la sociedad como los leprosos.

Entonces se identificó la pobreza y la enfermedad como una consecuencia del pecado cometido. Asi nace un grupo social que se llamó los pobres de Yahveh que eran, en su mayoría, fieles a Dios.

El libro del Deuteronomio plantea con fuerza ese tema estableciendo que no deberían existir los pobres debido a la Alianza del Sinaí.

El nacimiento de la civilización urbana, unido con el de la monarquía, (época de los reyes de Israel) no hizo sino acentuar este mal. Los pobres forman un conjunto de personas que clama ante Yahveh su opresión y su desesperanza.

Los grandes profetas del Antiguo Testamento denuncian todas las formas de opresión que se crearon en esa época. Tambien en el libro de job se oye el clamor implorando a dios (Job 34, 28). Sin embargo, existe otra concepción de los pobres. Se dice que el pobre lo es por ser pecador. Es decir, pobre y pecador es lo mismo. Por ello se habla de la ley de la retribución.

La Ley de la Retribución

La ley de la Retribución es la doctrina según la cual, en esta vida, Dios castiga el pecado y la desobediencia y recompensa la obediencia y la sumisión a sus mandamientos. En los inicios esto era tomado en conjunto para todo el pueblo de Dios, pero después se atribuyó en forma personal a cada uno de sus integrantes.

La ley prometía recompensas a los justos a través de bienes temporales y amenazaba a los malvados con castigos de este mundo (Lev 26,3-45; Dt 4,40; 28). Por ello se mostraba a un Dios lejano, conocido más bien, como un juez que premiaba y castigaba, según como se actuaba en la vida y algunos todavía viven con esa imagen de Dios, pensando en los premios y castigos en esta vida.

Lo que nos dice el Nuevo Testamento

El evangelio de Juan nos muestra en el capítulo 9 que el ciego de nacimiento no es ciego por ser pecador ni tampoco sus padres para que naciera ciego.

Este mensaje rompe absolutamente el concepto de la retribucion aquí en la tierra y da origen a otro que nos entrega el nuevo testamento y que, en síntesis, podemos decir:

Jesús supera la idea judía de la retribución

La retribución que promete y se anticipa en esta vida no está constituida por las realidades terrenas: es Dios mismo, la intimidad con EL, su Reino y su Santo Espíritu que habita en nosotros.

Conclusión

En conclusión, podemos decir que el Antiguo Testamento nos muestra la misericordia divina en su pueblo, aun cuando a veces no le fue fiel.

Dios siempre ha estado con su pueblo cumpliendo su promesa que dijo:
Yo seré su Dios y uds serán mi pueblo.

Pero como los seres humanos se alejan de EL, les promete el envío del Mesías.

De este modo el Antiguo Testamento nos prepara para conocer mejor a Jesús, su Hijo y nuestro único salvador.

Ese es el mensaje que nos regala el Antiguo Testamento en nuestro camino de FE. Por ello hoy decimos:

La cruz es real y es parte de nuestro camino de fe. Jesús nos ayuda a cargarla.

Ven Señor Jesús.

Autor: Luis Alberto Lopez D. en Teología PUC
Material del Extracto: Diversos Autores

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