COMENTARIO DE CARTA SAN PABLO A LOS ROM 8,35ss

COMENTARIO DE CARTA SAN PABLO A LOS ROM 8,35ss

Carta de San Pablo a los Romanos 8,35.37-39

Hermanos: ¿Quién podrá entonces separarnos del amor de Cristo? ¿Las tribulaciones, las angustias, la persecución, el hambre, la desnudez, los peligros, la espada? Pero en todo esto obtenemos una amplia victoria, gracias a aquel que nos amó. Porque tengo la certeza de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los principados, ni lo presente ni lo futuro, ni los poderes espirituales, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra criatura podrá separarnos jamás del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor.

Comentario

Probablemente estas líneas son la cumbre o una de ellas de la literatura paulina. La clave para entender este final del cap. 8 de Rom es más bien experiencial y afectiva que puramente racional, es decir, hay que sentirla y vivirla. Quien siente algo semejante, aunque sea en grado menor, entiende estas afirmaciones, poéticas, líricas y místicas. Quien no, pasa por encima de ellas como si no fueran dirigidas a él y constituyesen privilegio de unos pocos elegidos.

Y esto último no es cierto. Porque Pablo no está hablando de algo personal o debido a sus especiales circunstancias. Todo el fundamento de este convencimiento afectivo ha sido expuesto a lo largo de lo precedente en la carta y es válido para cualquier cristiano. Es más, no se basa Pablo en una respuesta personal -y por tanto voluntaria y opcional- a la obra divina, sino en esta misma acción de Dios que llega a todo hombre que se abre a ella. La piedra angular y cimiento de todo esto es Cristo, el Padre, el Espíritu y su amor derramado en nuestros corazones. Esto es así porque Dios nos ama, y eso no tiene acepción de personas. Por consiguiente todo cristiano ha de estar en condiciones de poder hacer suyas las afirmaciones de Pablo, que se entienden muy bien en sí mismas y apenas requieren explicación. Es más bien una asimilación y apropiación de ellas lo necesario para leer y entender estas frases. Y eso es posible para todos.

En realidad tenemos aquí un “test” de nuestro cristianismo. O podemos decir esto mismo junto con Pablo, o nuestra fe está todavía en mantillas.

Pablo se apoya en Cristo. Es el mismo que ha dicho poco antes (Rom/07/24) “¡desgraciado de mí!, ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?” y de cuanto lleva a esta exclamación. Pero esta misma persona, que no hace el bien que quiere, sino el mal que aborrece (Rom 7. 19), puede decir que nada le separará de Dios porque Él le ama. Esto lo podemos decir todos, porque a todos nos ama Dios.

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