Ven Espíritu Santo, y enséñame a esperar. Porque las cosas que deseo no llegan rápidamente, enséñame a esperar. Porque no puedo pretender que los demás cambien de un día para el otro, enséñame a esperar. Porque yo mismo voy cambiando muy lentamente, enséñame a esperar. Porque la vida tiene sus estaciones y todo llega a su tiempo, enséñame a esperar.
Para que acepte que no estoy en el cielo sino en la tierra, enséñame a esperar. Para que no le exija a este día lo que no me puede dar, enséñame a esperar. Para que reconozca que el mundo no puede estar a mi servicio, enséñame a esperar.
Ven Espíritu Santo, y enséñame a aceptar que muchas cosas se posterguen, para que valore lo que la vida me propone ahora, aunque sea pequeño, aunque parezca poco.
Ven Espíritu Santo, enséñame a esperar. Amén.