La salvación no es sólo para los católicos pues Jesús nos muestra otro mensaje

La salvación no es sólo para los católicos pues Jesús nos muestra otro mensaje

Evangelio según san Lucas 13,22-30

Jesús iba enseñando por las ciudades y pueblos, mientras se dirigía a Jerusalén. Una persona le preguntó: “Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?”. El respondió: “Traten de entrar por la puerta estrecha, porque les aseguro que muchos querrán entrar y no lo conseguirán. En cuanto el dueño de casa se levante y cierre la puerta, ustedes, desde afuera, se pondrán a golpear la puerta, diciendo: ‘Señor, ábrenos’. Y él les responderá: ‘No sé de dónde son ustedes’. Entonces comenzarán a decir: ‘Hemos comido y bebido contigo, y tú enseñaste en nuestras plazas’.

Pero él les dirá: ‘No sé de dónde son ustedes; ¡apártense de mí todos los que hacen el mal!’. Allí habrá llantos y rechinar de dientes, cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes sean arrojados afuera. Y vendrán muchos de Oriente y de Occidente, del Norte y del Sur, a ocupar su lugar en el banquete del Reino de Dios. Hay algunos que son los últimos y serán los primeros, y hay otros que son los primeros y serán los últimos”.

Comentario del Evangelio

Las palabras de Jesús son de gran actualidad. Algunos creen que la salvación, la vida plena o cómo designe a la existencia posterior a esta, está reservada sólo a los católicos, o sólo a los cristianos, o sólo a los creyentes. Jesús es enfático al decir que es necesario entrar por la puerta estrecha. Para pasar a través de ella bastará que alguien sepa amar con sencillez, no el haber participado de ritos litúrgicos o haber leído mil veces el libro sagrado. Sólo el amor nos emparenta con quien es el Amor en persona.

Por eso, en el banquete del Reino, se sentarán muchos budistas, hindúes, ateos, agnósticos, junto a innumerables cristianos. Que la Iglesia nos enseñe que solo el amor salva y no el cumplimiento de sus normas. Por ello hoy nos preguntamos:

¿De qué modo te estás preparando para entrar por esa puerta angosta que lleva al banquete del Reino?
¿Te dedicas solamente a cumplir las normas de la Iglesia?
¿Piensas que los creyentes de otras religiones se condenaran?
¿Como nos salvamos nosotros hoy?

Lecturas del dia

Carta de San Pablo a los Romanos 8,26-30

Hermanos: El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad porque no sabemos orar como es debido; pero el Espíritu intercede por nosotros con gemidos inefables. Y el que sondea los corazones conoce el deseo del Espíritu y sabe que su intercesión en favor de los santos está de acuerdo con la voluntad divina. Sabemos, además, que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman, de aquellos que él llamó según su designio.

En efecto, a los que Dios conoció de antemano, los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que él fuera el Primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, también los llamó; y a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó.

Salmo 13(12),4-5.6

¡Mírame, respóndeme, Señor, Dios mío!
Ilumina mis ojos,
para que no caiga en el sueño de la muerte,

para que mi enemigo no pueda decir:
“Lo he vencido”,
ni mi adversario se alegre de mi fracaso.

Yo confío en tu misericordia:
que mi corazón se alegre porque me salvaste.
¡Cantaré al Señor porque me ha favorecido!

Enseñanza de san Próspero de Aquitania (¿-c. 460)  La vocación de todos los gentiles

Vendrán de Oriente y Occidente, del norte y del sur. Los que acuden a Dios, apoyándose en él, con el deseo de ser salvados, son realmente salvados: es la inspiración divina la que les hace concebir este deseo de salvación; son iluminados por Él que los llama a que lleguen al conocimiento de la verdad. Son en efecto, los hijos de la promesa, la recompensa de la fe, la descendencia espiritual de Abraham, «una raza elegida, un sacerdocio real” (1P 2,9), previsto desde antiguo y predestinado a la vida eterna…

A través de Isaías, el Señor nos dio a conocer su gracia, que hizo de todo hombre una criatura nueva: ” He aquí que voy a hacer algo nuevo, ya está brotando,¿ no lo notáis? Abriré un camino en el desierto, corrientes de agua en la estepa…, para dar a beber a mi pueblo elegido, a este pueblo que me he formado, para que proclame mi alabanza». Y en otro lugar dice: Ante mí se doblará toda rodilla, por mi jurará toda lengua» (Is 43,19s; 45,23).

Es imposible que todo esto no llegue, porque la providencia de Dios nunca falla; sus designios no cambian; su voluntad perdura y sus promesas no son erróneas. Por consiguiente, todos los que asuman estas palabras serán salvados. Deposita, en efecto sus leyes en sus conciencias, las inscribe con su dedo en sus corazones (Rm 2,15); acceden al conocimiento de Dios, no por el conducto de la enseñanza humana sino bajo la dirección del maestro supremo: «Así pues, ni el que planta es nada, ni tampoco el que riega; sino Dios que hace crecer» (1Co 3,7)…

A todos da la posibilidad de cambiar el corazón, tener un juicio justo y una voluntad recta. En el interior de cada hombre, Dios infunde el temor, para que se instruyan con sus mandamientos… celebren la paciencia de su misericordia, y los milagros que ha realizado: porque Dios los ha elegido, los ha hecho sus hijos, herederos de la nueva alianza (Jr. 31,31).

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