Espíritu Santo, fuerza de mi vida, hoy vuelvo a darte gracias. Gracias porque me colocaste en este universo para que yo haga un camino, para que aprenda a amar, para que descubra tu amistad día a día. Gracias porque estás conmigo en todo lo que me pasa y me ayudas a aprender algo de cada cosa que me suceda. Gracias porque quieres transformar todo mi ser con tu vida divina.
Gracias porque cada día es una novedad, porque siempre hay nuevos signos de tu amor, porque siempre me invitas a algo más. Cuando te abro mi mente y mi corazón puedo recibir maravillas de tu ternura.
Siempre me llamas a volver a empezar. Gracias Espíritu Santo. Amén.