Ven Espíritu Santo, como río de fuego, ven como un torbellino de luz. Ven a derramarte como un manantial de vida desbordante. Tú conviertes mi interior en una pradera verde y serena donde habita la paz. Espíritu Santo, ven, como un impulso de viento que renueva.
Porque eres fuerza joven, empuje saludable de vitalidad. Déjame entrar en tu abismo luminoso, y bailar de alegría, y nadar entre una multitud chispeante de estrellas. Acaríciame con tu soplo cálido que es amor.
Ven, Espíritu Santo, Espíritu de libertad. Ven, no te detengas, ven…