Ven Espíritu Santo, porque todavía llevo algunos sueños dentro de mí, algunos proyectos escondidos, algunos deseos interiores. Son esas inquietudes que me mantienen vivo y despierto. Ven Señor, para que no se apaguen esos sueños, y para que nazcan otros proyectos nuevos, más bellos todavía. Porque dentro de mí está siempre clamando ese llamado a crecer que tú has colocado en mi corazón. Y yo sé que si no crezco me debilito, que el agua estancada se echa a perder.
Por eso, ven Espíritu Santo, no permitas que me detenga, que me encierre, que me limite. Estoy llamado a más, y quiero ir por más. Inúndame con ese empuje divino de tu gracia, para que avance decidido hacia nuevos horizontes. Con serenidad, con mucha paz, sin obsesiones, pero también con un incontenible entusiasmo. Ven Señor de la vida, ven. Amén.