Espíritu Santo haznos capaces de cosas grandes

Espíritu Santo haznos capaces de cosas grandes

Hoy celebramos a los grandes mártires coreanos. Una vez más, nos detenemos a adorar al Espíritu Santo, que puede transformarnos con su poder y su amor, basta hacernos capaces de cosas que parecen imposibles para las fuerzas humanas. Es su fuerza la que triunfa en nuestra debilidad.

La intensa vida cristiana que infundieron los primeros cristianos de Corea produjo su fruto y fue coronada en el martirio. Estos martirios estaban precedidos de horribles torturas, y la fortaleza que ellos recibieron del Espíritu Santo es ciertamente sobrenatural. No se avergonzaron de Cristo (Lucas 9,26) ni prefirieron salvar su vida (Lucas 9,24).

No se trata de exagerar la importancia del dolor, o de buscar el martirio, que es un don de Dios más que una decisión humana. Dios no se complace en vernos sufrir sino en el amor que se expresa en la entrega generosa.

Se trata más bien de aceptar la misión que nos toque cumplir en la vida aceptando las incomodidades que la acompañan; y se trata también de dar testimonio de nuestra fe aunque nos traiga problemas.

Así podemos decir con San Pablo: “Todo me parece una desventaja comparado con el inapreciable conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por él he sacrificado todas las cosas, a las que considero como un desperdicio, con tal de ganar a Cristo y estar unido a él” (Filipenses 3,8-9).

Hagamos un instante de oración, para pedir al Espíritu Santo que nos haga capaces de cosas grandes, que penetre con su potencia nuestra debilidad.

JOIN OUR NEWSLETTER
Acepto recibir correos.
¿Quiere estar siempre al día? Ingrese su nombre y correo
We hate spam. Your email address will not be sold or shared with anyone else.

Su comentario