Ven Espíritu Santo, tú que derramas luz para comprender las cosas, enséñame a reconocer los mensajes de mi vida. A veces, cuando miro hacia atrás, veo los momentos negros y tristes de mi propia historia; brotan recuerdos que me hacen sufrir.
Ayúdame a mirar mi historia con otros ojos, para que pueda reconocer tu presencia en esos momentos, y así descubra lo que has querido enseñarme a través de esos acontecimientos.
Ven Espíritu Santo, para que vea que todo tiene algún sentido, alguna luz, algún para qué. Ven, para que recuerde con gozo los momentos bellos, grandes y pequeños, para que pueda descubrir que, a pesar de todo, valió la pena haber vivido.
No permitas que las nubes me impidan ver el sol que también ha brillado a lo largo de toda mi existencia. Ilumina mis ojos, Espíritu Santo, para que pueda reconocerlo, y sepa darte gracias con sinceridad por mi vida entera. Amén