Ven Espíritu Santo. Te ruego que me enseñes a orar, que me ayudes a destruir las falsas imágenes que tengo de ti. Quiero cambiar todas las costumbres y estructuras que ya no me sirvan para encontrarme contigo.
Que todo mi ser entre en tu presencia, que pueda adorarte con todo lo que soy y te permita entrar en todas las dimensiones de mi ser: en mi mente, en mi imaginación, en mis afectos, en mi cuerpo.
Entra también en mi vida cotidiana, para que te reconozca en medio de mis trabajos, mis relaciones, mis proyectos, mis límites, mis angustias, mis alegrías, mis sueños. Despierta en mi corazón el deseo de ti, alimenta con tu fuego las ansias de ti, el hambre de tu amor, el anhelo de tu amistad y de tu presencia.
Atráeme, Espíritu Santo, hacia el amor sin límites, hacia ese abismo de vida que eres tú. Llévame contigo hasta las cumbres de la vida mística, para que conozca todo lo que eres capaz de hacerme probar. Dame audacia y valentía para atreverme a esa aventura, para que puedas penetrarlo todo.
Quiero entrar en tu amistad con toda mi sinceridad, para que bañes con tu luz todo lo que vivo. Toca mi interior, mi Dios, para que viva de ti, para que sepa de verdad que en ti está la fuente de la vida.
Ven Espíritu Santo. Amén.