Espíritu Santo, quiero vivir en tu paz, gozar de tu amor cada día, y entregarme a la vida con entusiasmo. Pero tú sabes que guardo dentro de mí rencores y resentimientos que he tratado de ocultar. Hoy te pido la gracia de liberarme, Espíritu Santo.
Derrama en mí un profundo deseo de perdonar, de vivir en paz con todos y de comprender profundamente las agresiones y desprecios de algunas personas. Ayúdame a descubrir sus sufrimientos y debilidades para poder mirarlos con ternura y no juzgarlos por lo que me hacen.
Regálame la gracia de comprender y bendecir a los que me ofenden, persiguen y desprecian, alabándote por ellos, que son tuyos. Derrama en mí un espíritu de profunda tolerancia. Ven Espíritu Santo.