Ven Espíritu Santo, y penetra en todo mi cuerpo. Te doy gracias por el don de la vida, por cada uno de los órganos de mi cuerpo, que es una obra del amor divino. Ven Espíritu Santo, y pasa por todo mi cuerpo. Acaricia con tu cariño este cuerpo cansado y derrama en él la calma y la paz.
Penetra con tu soplo en cada parte débil o enferma. Restaura, sana, libera cada uno de mis órganos. Pasa por mi sangre, por mi piel, por mis huesos.
Ven, Espíritu Santo, y aplaca toda tensión con tu amor que todo lo penetra. Sáname Señor. Amén.