Hoy es la fiesta de San Mateo. El cambio que él vivió en su vida nos hace ver hasta qué punto el Espíritu Santo puede modificar nuestros planes y llevarnos a dónde no imaginamos.
En la conversión de Mateo se manifiesta lo que puede llegar a hacer el Espíritu Santo en un corazón humano, la maravillosa liberación que puede producirse cuando alguien se deja tocar y seducir por su fuego.
Porque aquel esclavo de las seguridades económicas, al escuchar el “sígueme” de Jesús, abandonó la mesa de cobrador de impuestos y lo siguió.
Sólo el Espíritu Santo nos hace capaces de escuchar ese llamado y de seguirlo hasta el fin.