Aquí estoy, Espíritu Santo, dispuesto a ofrecerte parte de mi tiempo. Escuché tu llamado al servicio y estoy intentando seguir a Jesús en esta misión que me confías. Necesito tu compañía y la fuerza de tu gracia. Dame un profundo gusto por mis tareas, un intenso fervor y una profunda alegría. No confío en mis fuerzas
ni en mis capacidades sino en tu constante ayuda.
Pero te ofrezco todo lo que soy, todas mis capacidades y talentos, mi imaginación y mi creatividad, mi inteligencia y mis energías, mi emotividad y mi capacidad de amor. Quiero que todo esté al servicio de tu gloria, para que el bien y la verdad puedan triunfar en esta tierra. Ven Espíritu Santo. Amén.
Tomado de libro Cinco Minutos con el Espíritu Santo