Pero ellos difundieron la fama de Jesús por toda la región

Pero ellos difundieron la fama de Jesús por toda la región

Evangelio según San Mateo 9,27-31

Cuando Jesús se fue, lo siguieron dos ciegos, gritando:

“Ten piedad de nosotros, Hijo de David”.

Al llegar a la casa, los ciegos se le acercaron y él les preguntó: “¿Creen que yo puedo hacer lo que me piden?”. Ellos le respondieron: “Sí, Señor”. Jesús les tocó los ojos, diciendo: “Que suceda como ustedes han creído”. Y se les abrieron sus ojos.

Entonces Jesús los conminó: ¡Cuidado! Que nadie lo sepa. Pero ellos, apenas salieron, difundieron su fama por toda aquella región.

Comentario del Evangelio

Si creemos que Dios nos mira con ojos llenos de amor, creeremos también que sus ojos nos buscan siempre. Dios no se queda tranquilo cuando estamos mortecinos o tristes. Baja a nuestra historia y en Jesús nos manifiesta su misericordia. Lo vemos en la curación de los ciegos. Los evangelios nos ayudan a aprender muchas cosas sobre la mirada. En el poder de Jesús que cura nuestros ojos encontramos el corazón amoroso de Dios que está siempre buscándonos en los lugares más imprevisibles para transformar nuestras sombras en luz.

Lecturas del dia

Libro de Isaías 29,17-24

Así habla el Señor: ¿No falta poco, muy poco tiempo, para que Líbano se vuelva un vergel y el vergel parezca un bosque? Aquel día, los sordos oirán las palabras del libro, y verán los ojos de los ciegos, libres de tinieblas y oscuridad. Los humildes de alegrarán más y más en el Señor y los más indigentes se regocijarán en el Santo de Israel.

Porque se acabarán los tiranos, desaparecerá el insolente, y serán extirpados los que acechan para hacer el mal, los que con una palabra hacen condenar a un hombre, los que tienden trampas al que actúa en un juicio, y porque sí no más perjudican al justo. Por eso, así habla el Señor, el Dios de la casa de Jacob, el que rescató a Abraham: En adelante, Jacob no se avergonzará ni se pondrá pálido su rostro. Porque, al ver lo que hago en medio de Ël, proclamarán que mi Nombre es santo, proclamarán santo al Santo de Jacob y temerán al Dios de Israel. Los espíritus extraviados llegarán a entender y los recalcitrantes aceptarán la enseñanza.

Salmo 27(26),1.4.13-14

El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es el baluarte de mi vida,
¿ante quién temblaré?

Una sola cosa he pedido al Señor,
y esto es lo que quiero:
vivir en la Casa del Señor
todos los días de mi vida,
para gozar de la dulzura del Señor
y contemplar su Templo.

Yo creo que contemplaré la bondad del Señor
en la tierra de los vivientes.
Espera en el Señor y sé fuerte;
ten valor y espera en el Señor.

Enseñanza de san Anselmo (1033-1109)  Oigo en mi corazón: Busca mi rostro…No me escondas tu rostro (Sl 26,8)

Habla, corazón mío; ábrete todo entero y dirígete a Dios: «Busco tu rostro; sí, Señor es tu rostro que busco» (Sl 26,8). Y tú, Señor, mi Dios, enseña a mi corazón cómo y dónde he de buscarte; cómo y dónde he de encontrarte, Señor. Señor, si tú no estás aquí, si estás ausente ¿dónde buscarte? Y si es que estás presente en todas partes ¿por qué yo no puedo verte? Ciertamente, tú habitas en una luz inaccesible. . Pero ¿dónde está esta luz inaccesible? ¿Quién me conducirá hasta ella y me introducirá en ella para que yo pueda verte? Y luego, ¿bajo qué signos, bajo qué figura podré descubrirte? No te he visto jamás, Señor Dios mío, y no conozco tu rostro.

Altísimo Señor, ¿qué puedo hacer, qué hará este desterrado lejos de ti? ¿Qué puede hacer tu siervo, ansioso de tu amor y alejado de tu rostro? Aspira a contemplarte y tu rostro se le oculta enteramente. Desea reunirse contigo, pero tu mansión es inaccesible. Ansía encontrarte, pero no sabe dónde habitas. Emprende tu búsqueda, pero desconoce tu rostro.

Señor, tú eres mi Dios, tú mi Maestro, y sin embargo yo no te he visto. Tú me has creado y me has redimido, tú me has dado todos mis bienes, y sin embargo no te conozco aún. Me has hecho con la única finalidad de que te vea, y sin embargo yo no he realizado aún mi destino. Miserable condición la del hombre que ha perdido aquello para lo que fue creado… Te encontraré al amarte y te amaré mientras te encuentro.

 

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