La viuda pobre ha dado más que nadie

La viuda pobre ha dado más que nadie

Evangelio según San Lucas 21,1-4

Jesús estaba viendo cómo los ricos echaban dinero en las arcas de las ofrendas y vio también a una viuda pobre que echaba dos monedas de cobre. Entonces dijo: Verdaderamente os digo que esta viuda pobre ha dado más que nadie, pues todos dan sus ofrendas de lo que les sobra, pero ella, en su pobreza, ha dado todo lo que tenía para su sustento.

Comentario del Evangelio

Cuando Jesús vio a la viuda pobre echando las únicas monedas que tenía para sobrevivir, aprovechó para proponer una enseñanza a sus discípulos. Ellos no debían sentirse más santos o importantes que mucha de la gente sencilla de su pueblo. La generosidad de la viuda era un ejemplo, porque ella entregaba todo. Jesús espera también que nosotros valoremos los gestos de generosidad y devoción que hay en los pobres. Porque el valor de una ofrenda no está en la cantidad sino en lo que significa de entrega de la propia vida por amor. ¡Mira, Señor, mi corazón egoísta, y sánalo! Coloca en mí algo de esa entrega desbordante que te llevó a entregarlo todo en la cruz. Tú, que admiraste la ofrenda de la viuda pobre, derrama en mí un poco de tu generosidad.

Lecturas del día

Apocalipsis 14,1-3.4b-5

Yo, Juan, vi al Cordero que estaba de pie sobre el monte Sión, acompañado de ciento cuarenta y cuatro mil elegidos, que tenían escrito en la frente el nombre del Cordero y de su Padre. Oí entonces una voz que venía del cielo, semejante al estrépito de un torrente y al ruido de un fuerte trueno, y esa voz era como un concierto de arpas: los elegidos cantaban un canto nuevo delante del trono de Dios, y delante de los cuatro Seres Vivientes y de los Ancianos. Y nadie podía aprender este himno, sino los ciento cuarenta y cuatro mil que habían sido rescatados de la tierra. Ellos siguen al Cordero donde quiera que vaya. Han sido los primeros hombres rescatados para Dios y para el Cordero. En su boca nunca hubo mentira y son inmaculados.

Salmo 24(23),1-2.3-4ab.5-6

Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella,
el mundo y todos sus habitantes,
porque El la fundó sobre los mares,
Él la afirmó sobre las corrientes del océano.

¿Quién podrá subir a la Montaña del Señor
y permanecer en su recinto sagrado?
El que tiene las manos limpias
y puro el corazón;

él recibirá la bendición del Señor,
la recompensa de Dios, su Salvador.
Así son los que buscan al Señor,
los que buscan tu rostro, Dios de Jacob.

Comentario de San Ambrosio (c. 340-397)  Esa pobre viuda ha echado más que nadie

En el evangelio de Lucas, el Señor enseña que hay que ser misericordioso y generoso para con los pobres, sin pararse a pensar en la propia pobreza; porque la generosidad no se calcula según la abundancia del patrimonio sino según la disposición a dar. Por eso la palabra del Señor provoca que todos prefieran a esa viuda de la cual se ha dicho: «Esa pobre viuda ha echado más que nadie». En el sentido moral el Señor enseña a todo el mundo que es preciso no dejar de hacer el bien pensando en la vergüenza de la pobreza, y que los ricos no deben gloriarse cuando parece que dan más que los pobres. Una pequeña moneda cogida de unos pocos bienes es más valiosa que la que se saca de la abundancia; no se calcula lo que se da sino lo que queda. Nadie ha dado más que la que no ha guardado nada para sí…

Ahora bien, en el sentido místico es necesario no olvidar a esta mujer que ha tirado dos monedas en el cepillo. Ciertamente, ¡grande es esta mujer que, por el juicio de Dios, mereció ser preferida a todos! ¿No será que ella ha sacado su fe de los dos Testamentos que son en beneficio de los hombres? Nadie hizo más, ni ningún hombre ha podido igualar la grandeza de su don, puesto que ella unió la fe a la misericordia. También tú, quienquiera que seas…, no dudes de llevar al cepillo dos monedas llenas de fe y de gracia.

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