El Padre hace salir el sol sobre buenos y malos

El Padre hace salir el sol sobre buenos y malos

Evangelio según San Mateo 5,43-48

Jesús dijo a sus discípulos: Ustedes han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores; así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos.

Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos? Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos? Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo.

Comentario del Evangelio

¿Tiene sentido lo que Jesús nos propone: “Amar es rezar por nuestros enemigos”? Ciertamente es un mandamiento exigente. Tal vez lo sintamos en nuestra piel como algo contrario a nuestro ser, algo que violenta incluso nuestros instintos más primarios. Pero no hay otro camino para vivir la propuesta ética de Jesús. Esa propuesta es exigente y maravillosa: que nos hagamos semejantes no a la ley que está escrita en nuestra carne y sangre, sino al Padre del cielo. Y para hacernos semejantes a Dios estamos llamados a descubrir otra manera de ser en la que el triunfo del amor y del perdón son verdaderamente el pan de cada día. Nadie dice que el camino del cristiano sea fácil.

Lecturas del dia

Deuteronomio 26,16-19

Moisés habló al pueblo diciendo: Hoy el Señor, tu Dios, te ordena practicar estos preceptos y estas leyes. Obsérvalas y practícalas con todo tu corazón y con toda tu alma. Hoy tú le has hecho declarar al Señor que él será tu Dios, y que tú, por tu parte, seguirás sus caminos, observarás sus preceptos, sus mandamientos y sus leyes, y escucharás su voz. Y el Señor hoy te ha hecho declarar que tu serás el pueblo de su propiedad exclusiva, como él te lo ha prometido, y que tú observarás todos sus mandamientos; que te hará superior – en estima, en renombre y en gloria – a todas las naciones que hizo; y que serás un pueblo consagrado al Señor, como él te lo ha prometido.

Salmo 119(118),1-2.4-5.7-8

Felices los que van por un camino intachable,
los que siguen la ley del Señor,
Felices los que cumplen sus prescripciones
y lo buscan de todo corazón,

Tú promulgaste tus mandamientos
para que se cumplieran íntegramente.
¡Ojalá yo me mantenga firme
en la observancia de tus preceptos!

Te alabaré con un corazón recto,
cuando aprenda tus justas decisiones.
Quiero cumplir fielmente tus preceptos:
no me abandones del todo.

Enseñanza de san Máximo el Confesor (c. 580-662)   Los amigos de Cristo perseveran en el amor hasta el fin

Vigila sobre ti. Que el mal que te separa del hermano no se encuentre en ti antes que en él. Apúrate a reconciliarte con él para no desobedecer el mandamiento del amor (cf. Mt 5,24). No desprecies el mandamiento del amor, porque por medio de él serás hijo de Dios. Pero si lo transgredes te harás hijo de la gehenna. (…)

¿Has sido sometido a una prueba de parte de un hermano y la tristeza te encaminó al odio? No te dejes vencer por el odio sino vence al mal por el bien (cf. Rom 12,21). Vencerás si rezas sinceramente a Dios por tu hermano, aceptando su defensa y hasta ayudándolo para justificarlo. Considera que eres tú mismo el responsable de tu prueba y soporta todo con paciencia, hasta que el nubarrón haya pasado. (…) No consientas a perder el amor espiritual ya que no les ha sido dejada a los hombres otra vía de salvación. (…)

Un alma racional que siente odio hacia un hombre, no puede estar en paz con Dios que ha dado mandamientos. “Si perdonan sus faltas a los demás, el Padre que está en el cielo también los perdonará a ustedes. Pero si no perdonan a los demás, tampoco el Padre los perdonará a ustedes” (Mt 6,14-15). Si ese hombre no quiere hacer las paces, guárdate del odio, rezando por él sinceramente y no hablando mal de él a nadie. (…)

Esfuérzate cuanto puedas en amar a cada hombre. Si no lo logras todavía, por lo menos no odies a nadie. Aunque ni siquiera podrás hacer esto si no desprecias las cosas del mundo. (…) Los amigos de Cristo aman sinceramente a todos, pero no son amados de todos. Los amigos de Cristo perseveran hasta el fin en su amor. Los amigos del mundo, por cosas del mundo, persisten hasta enfrentarse entre sí.

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