Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas dijo Jesús a sus discípulos

Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas dijo Jesús a sus discípulos

Evangelio según san Lucas 21,12-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:  «Os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles, y haciéndoos comparecer ante gobernadores y reyes, por causa de mi nombre. Esto os servirá de ocasión para dar testimonio. Por ello, meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro. Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os entregarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán a causa de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».

Comentario del evangelio

El Señor nos llama a colaborar en la construcción de la historia, convirtiéndonos, junto a Él, en pacificadores y testigos de esperanza en un futuro de salvación y resurrección. La fe nos hace caminar con Jesús por las sendas de este mundo, muchas veces tortuosas, con la certeza de que el poder de Su Espíritu doblegará las fuerzas del mal, sometiéndolas al poder del amor de Dios. El amor es superior, el amor es más poderoso, porque es Dios: Dios es amor. Los mártires cristianos son un ejemplo para nosotros: nuestros mártires, incluso de nuestro tiempo (que son más que los del principio), son hombres y mujeres de paz, a pesar de que fueron perseguidos. Nos dan una herencia que debemos conservar e imitar: el Evangelio del amor y de la misericordia. (Papa francisco)

Lecturas del dia

Lectura del libro del Apocalipsis 15,1-4

Yo, Juan, vi en el cielo otro signo, grande y maravilloso: Siete ángeles que llevaban siete plagas, las últimas, pues con ellas se consuma la ira de Dios. Vi una especie de mar de vidrio mezclado con fuego; los vencedores de la bestia, de su imagen y del número de su nombre estaban de pie sobre el mar cristalino; tenían en la mano las cítaras de Dios. Y cantan el cántico de Moisés, el siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: Grandes y admirables son tus obras, Señor, Dios omnipotente; justos y verdaderos tus caminos, rey de los pueblos. ¿Quién no temerá y no dará gloria a tu nombre? Porque vendrán todas las naciones y se postrarán ante ti, porque tú solo eres santo y tus justas sentencias han quedado manifiestas.

Sal 97,1.2-3ab.7-8.9

Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios omnipotente

Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas.
Su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo.

El Señor da a conocer su salvación,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel.

Retumbe el mar y cuanto contiene,
la tierra y cuantos la habitan;
aplaudan los ríos,
aclamen los montes.

Al Señor, que llega
para regir la tierra.
Regirá el orbe con justicia
y los pueblos con rectitud.

Reflexión del Evangelio de hoy  Justos y verdaderos son tus caminos

San Juan nos describe una visión del cielo. Los que han conseguido llegar allí, con las arpas que el mismo Dios les había dado, entonarán el cántico de Moisés y el cántico del Cordero: “Grandes y admirables son tus obras… justos y verdaderos tus caminos… tus justas sentencias han quedado manifiestas”. Nos resultan más claras las palabras de Jesús al describirnos el juicio final. A los de su derecha, a los que han tratado a todo hombre como su hermano y han socorrido sus necesidades, el Rey del cielo les dirá: “Venid, benditos de mi Padre tomad posesión del reino preparado para vosotros desde la creación del mundo”. Tenemos un Dios que desde el principio al fin nos ama entrañablemente y con su divino poder, al final de nuestra estancia terrena nos va a recibir en la patria celestial para hacernos gozar de la felicidad total y para siempre. Nuestra postura ante Él siempre tiene que estar en la línea del amor y del agradecimiento.

Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas

Duro, muy duro, es el panorama que indica Jesús a sus discípulos: persecuciones, cárceles, traiciones de padres, parientes, hermanos, matanzas, odios…Aunque a algunos seguidores de Jesús les ha tocado sufrir de esta manera, no a todos sus seguidores a lo largo de la historia les ha tocado, nos ha tocado, padecer estas desdichas. Pero sí es verdad que a lo largo de estos XXI siglos de cristianismo siempre ha habido adversarios y enemigos de los cristianos. El primer ejemplo lo tenemos en Jesús que fue ajusticiado injustamente en una cruz. Pero a todos los cristianos nos espera lo que le sucedió a Jesús después de su muerte, nos espera la resurrección a una vida de total felicidad, porque en medio de todas nuestras diversas circunstancias vitales, Jesús nunca nos dejará de su mano y “ni un caballo de vuestra cabeza perecerá: con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas”… y resucitaremos a una vida de total felicidad y para siempre.

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