Ven Espíritu Santo, amigo, porque contigo puedo compartir mis cosas más íntimas, todas mis inquietudes más secretas.
Ven, amigo del alma, porque contigo puedo hablar sobre esas cosas que no me atrevo a decirle a nadie más.
Ven, amigo discreto, porque sé que no divulgarás ningún secreto mío, y todo lo que te diga quedará entre nosotros.
Ven, amigo fiel, porque no hay momentos vacíos, donde no esté tu presencia, porque estás siempre.
Ven amigo generoso, porque siempre tienes algo para ofrecerme.
Ven amigo compasivo, porque eres el que mejor comprende mis debilidades.
Ven, amigo sincero, porque no dejas de decirme lo que más necesito escuchar, aunque a veces me moleste.
Ven, Espíritu Santo. Amén.