Aquí estoy, Espíritu Santo, dispuesto a ofrecerte parte de mi tiempo. Escuché tu llamado al servicio y estoy intentando seguir a Jesús en esta misión que me confías.
Necesito tu compañía y la fuerza de tu gracia. Dame un profundo gusto por mis tareas, un intenso fervor y una profunda alegría.
No confío en mis fuerzas ni en mis capacidades sino en tu constante ayuda. Pero te ofrezco todo lo que soy, todas mis capacidades y talentos, mi imaginación y mi creatividad, mi inteligencia y mis energías, mi emotividad y mi capacidad de amor.
Quiero que todo esté al servicio de tu gloria, para que el bien y la verdad puedan triunfar en esta tierra.
Ven Espíritu Santo para dejarme conducir por ti. Amén