Evangelio según San Mateo 10,16-23
Jesús dijo a sus apóstoles: Yo los envío como a ovejas en medio de lobos: sean entonces astutos como serpientes y sencillos como palomas. Cuídense de los hombres, porque los entregarán a los tribunales y los azotarán en las sinagogas. A causa de mí, serán llevados ante gobernadores y reyes, para dar testimonio delante de ellos y de los paganos. Cuando los entreguen, no se preocupen de cómo van a hablar o qué van a decir: lo que deban decir se les dará a conocer en ese momento, porque no serán ustedes los que hablarán, sino que el Espíritu de su Padre hablará en ustedes. El hermano entregará a su hermano para que sea condenado a muerte, y el padre a su hijo; los hijos se rebelarán contra sus padres y los harán morir. Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere hasta el fin se salvará. Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra y si los persiguen en esta, huyan a una tercera. Les aseguro que no acabarán de recorrer las ciudades de Israel, antes de que llegue el Hijo del hombre.
Comentario del Evangelio
Un escritor contemporáneo dice que “cada uno de nosotros está solo con aquello que ama”. Es una gran verdad. Por eso que amamos y en lo que creemos estamos dispuestos a pagar un precio, a entregar la vida. La historia del cristianismo es un reflejo de esa afirmación: vemos generaciones y generaciones de cristianos que, por su fe, fueron perseguidos, torturados y martirizados. No es sólo una historia pasada. Hoy las estadísticas confirman que los cristianos son los creyentes más perseguidos del mundo. Es más, el siglo XXI se está revelando como el siglo de los mártires. Recordarlo es importante. Sobre todo, cuando vivimos una fe socialmente acomodada y cuya práctica no constituye ningún riesgo para nosotros.
Lecturas del dia
Libro de Oseas 14,2-10
Así habla el Señor: Vuelve, Israel, al Señor tu Dios, porque tu falta te ha hecho caer. Preparen lo que van decir y vuelvan al Señor. Díganle: “Borra todas las faltas, acepta lo que hay de bueno, y te ofreceremos el fruto de nuestros labios. Asiria no nos salvará, ya no montaremos a caballo, ni diremos más ¡Dios nuestro! a la obra de nuestras manos, porque sólo en ti el huérfano encuentra compasión. Yo los curaré de su apostasía, los amaré generosamente, porque mi ira se ha apartado de ellos. Seré como rocío para Israel: él florecerá como el lirio, hundirá sus raíces como el bosque del Líbano;sus retoños se extenderán, su esplendor será como el del olivo y su fragancia como la del Líbano. Volverán a sentarse a mi sombra, harán revivir el trigo, florecerán como la viña, y su renombre será como el del vino del Líbano. Efraím, ¿qué tengo aún que ver con los ídolos? Yo le respondo y velo por él. Soy como un ciprés siempre verde, y de mí procede tu fruto. ¡Que el sabio comprenda estas cosas! ¡Que el hombre inteligente las entienda! Los caminos del Señor son rectos: por ellos caminarán los justos, pero los rebeldes tropezarán en ellos.
Salmo 51(50),3-4.8-9.12-13.14.17
¡Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad,
por tu gran compasión, borra mis faltas!
¡Lávame totalmente de mi culpa
y purifícame de mi pecado!
Tú amas la sinceridad del corazón
y me enseñas la sabiduría en mi interior.
Purifícame con el hisopo y quedaré limpio;
lávame, y quedaré más blanco que la nieve.
Crea en mí, Dios mío, un corazón puro,
y renueva la firmeza de mi espíritu.
No me arrojes lejos de tu presencia
ni retires de mí tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
que tu espíritu generoso me sostenga:
Abre mis labios, Señor,
y mi boca proclamará tu alabanza.
Texto del beato Columba Marmion (1858-1923) Aquel que persevere hasta el fin se salvará
La perseverancia es la virtud que consuma y corona las otras virtudes. (…) La fidelidad cotidiana es el medio que nos es dado para que podamos contar con ese don infinitamente precioso, don por excelencia. El objeto de la virtud de la perseverancia es que llevemos bien y a término la gran obra de nuestra vida y cada obra que comenzamos por Dios.
Santo Tomás une esta virtud a la virtud de fuerza. Con mucha razón. ¿Qué es la fuerza? Es una disposición de firmeza que inclina el alma a no abandonar el bien y soportar valientemente todos los males, mismo los peores y continuos. La fuerza hace endurar el martirio. (…)
En la espera que brillen los esplendores de la luz eterna a nuestra mirada purificada, digamos frecuentemente esta oración de la Iglesia (…): “O Dios que en su amor restaura la belleza de la inocencia, atraiga los corazones de sus servidores. Que el ardor del amor que hace nacer en ellos su Espíritu, los vuelva estables en la fe y fieles para practicar su Ley”.
Un escritor contemporáneo dice que “cada uno de nosotros está solo con aquello que ama”. Es una gran verdad. Por eso que amamos y en lo que creemos estamos dispuestos a pagar un precio, a entregar la vida. La historia del cristianismo es un reflejo de esa afirmación: vemos generaciones y generaciones de cristianos que, por su fe, fueron perseguidos, torturados y martirizados. No es sólo una historia pasada. Hoy las estadísticas confirman que los cristianos son los creyentes más perseguidos del mundo. Es más, el siglo XXI se está revelando como el siglo de los mártires. Recordarlo es importante. Sobre todo, cuando vivimos una fe socialmente acomodada y cuya práctica no constituye ningún riesgo para nosotros.
2 comments
Maria Paz Cruz - 10 Julio, 2020 10:04 am
Quiero recibir el evangelio diario
Luis Alberto López - 10 Julio, 2020 10:55 pm
agradecere envio de numero de whatsapp ya que por ese medio se envian los evangelios dirios.
Atte