Evangelio según san Mateo 11,28-30
Jesús tomó la palabra y dijo: “Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana.”
Comentario del Evangelio
Los cristianos hemos tenido un gran regalo de Dios que nos ha enviado a su propio Hijo Jesús para liberarnos para siempre de todas nuestras esclavitudes. Una vez más, hay que repetir que los cristianos somos los que después de oír la palabra se transforma en el camino que nos lleva a la vida verdadera y experimentamos la paz que solo Jesús nos puede dar. Quien vive en el Espíritu, encuentra en la Palabra de Dios este camino porque Jesús nos sale al camino y comparte nuestros agobios y cargas con humildad de corazón. Nos preguntamos:
¿Penemos en práctica la Palabra escuchada?
¿Vivimos el mensaje que Jesús diariamente nos regala?
¿Meditamos diariamente el mensaje del evangelio?
Lecturas del dia
Libro del Exodo 3,13-20
Moisés dijo a Dios: “Si me presento ante los israelitas y les digo que el Dios de sus padres me envió a ellos, me preguntarán cuál es su nombre. Y entonces, ¿qué les responderé?”. Dios dijo a Moisés: “Yo soy el que soy”. Luego añadió: “Tú hablarás así a los israelitas: “Yo soy” me envió a ustedes”. Y continuó diciendo a Moisés: “Tu hablarás así a los israelitas: El Señor, el Dios de sus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, es el que me envía. Este es mi nombre para siempre y así será invocado en todos los tiempos futuros.
Ve a reunir a los ancianos de Israel y diles: El Señor, el Dios de sus padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, se me apareció y me dijo: “Yo los he visitado y he visto cómo los maltrataban los egipcios. Por eso decidí librarlos de la opresión que sufren en Egipto, para llevarlos al país de los cananeos, los hititas, los amorreos, los perizitas, los jivitas y los jebuseos, a una tierra que mana leche y miel”.
Ellos te escucharán, y tú irás a presentarte ante el rey de Egipto, junto con los ancianos de Israel. Entonces le dirás: “El Señor, el Dios de los hebreos, vino a nuestro encuentro. Y ahora tenemos que realizar una marcha de tres días por el desierto, para ofrecer sacrificios al Señor, nuestro Dios”.
Ya sé que el rey de Egipto no los dejará partir, si no es obligado por la fuerza. Pero yo extenderé mi mano y castigaré a Egipto, realizando ante ellos toda clase de prodigios. Así él los dejará partir,
Salmo 105(104),1.5.8-9.24-25.26-27
¡Den gracias al Señor, invoquen su Nombre,
hagan conocer entre los pueblos sus proezas;
recuerden las maravillas que él obró,
sus portentos y los juicios de su boca!
El se acuerda eternamente de su alianza,
de la palabra que dio por mil generaciones,
del pacto que selló con Abraham,
del juramento que hizo a Isaac.
El Señor hizo a su pueblo muy fecundo,
más fuerte que sus mismos opresores;
cambió el corazón de los egipcios,
para que sintieran odio por su pueblo
y trataran con perfidia a sus servidores.
Luego envió a Moisés, su servidor,
y a Aarón, que era su elegido;
por su intermedio realizó prodigios,
hizo portentos en la tierra de Cam:
Homilía de Filomeno de Mabboug (¿-c. 523) Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, (Mt 11,28)
Vengan a mí y yo los aliviaré. (…) Han gustado el camino del mundo: gusten ahora el mío y si no les agrada, lo dejan. Han llevado los fardos pesados del mundo y sentido lo pesados que son. Déjense persuadir y carguen sobre ustedes mi yugo. Aprendan por experiencia cuanto mi yugo es suave y mi carga ligera. No haré de ustedes ricos que necesitan muchas cosas, haré verdaderos ricos que no necesitan nada, ya que el rico no es el que posee mucho sino al que nada le falta. Conmigo, si renuncian a todo, serán ricos. (…)
Pero si buscan saciar su avaricia, aumentará el hambre. El hambre vendrá al comer. Más se enriquece el rico, más es pobre; más junta dinero, más quiere juntar; más adquiere, más quiere adquirir. (…) Vengan a mí, ustedes que están fatigados por la riqueza, y descansen en la pobreza. Vengan los dueños de bienes y posesiones y tengan el placer de la renuncia. Vengan, amigos del mundo pasajero y descubran el sabor del mundo eterno.
Hicieron la experiencia de su mundo, hagan la experiencia del mío. Probaron su riqueza, ensayen mi pobreza. Su riqueza es una riqueza, mi pobreza es la riqueza. No es gran cosa que la riqueza sea llamada una riqueza. Pero es admirable y grande, que la pobreza sea la riqueza y la humildad sea la grandeza.