Evangelio según San Lucas 17,7-10
El Señor dijó: Supongamos que uno de ustedes tiene un servidor para arar o cuidar el ganado. Cuando este regresa del campo, ¿acaso le dirá: Ven pronto y siéntate a la mesa? ¿No le dirá más bien: Prepárame la cena y recógete la túnica para servirme hasta que yo haya comido y bebido, y tú comerás y beberás después? ¿Deberá mostrarse agradecido con el servidor porque hizo lo que se le mandó? Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les mande, digan: Somos simples servidores, no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber.
Comentario del Evangelio
La teología de esta parábola de Jesús está muy próxima a las ideas que podemos encontrar en autores de tradición judía. “No seáis como aquellos siervos que sirven a su señor con la intención de recibir una recompensa, sino como aquellos que sirven a su señor sin esa intención”. O lo que dice el rabí Jochanam ben Zakkai: “Si cumpliste bien la Ley no te envanezcas porque para eso eres criado”. La inutilidad de que Jesús habla tiene, por tanto, un sentido diferente y positivo. Es la capacidad de vivir lo que se es sin esperar recompensas que a menudo nos distraen de vivir una vida según lo que somos de verdad. Si nuestra misión es servir, sirvamos entonces. Con alegría.
Lecturas del dia
Carta de San Pablo a Tito 2,1-8.11-14
Querido hermano: En cuanto a ti, debes enseñar todo lo que es conforme a la sana doctrina. Que los ancianos sean sobrios, dignos, moderados, íntegros en la fe, en el amor y en la constancia. Que las mujeres de edad se comporten como corresponde a personas santas. No deben ser murmuradoras, ni entregarse a la bebida. Que por medio de buenos consejos, enseñen a las jóvenes a amar a su marido y a sus hijos, a ser modestas, castas, mujeres de su casa, buenas y respetuosas con su marido. Así la Palabra de Dios no será objeto de blasfemia.
Exhorta también a los jóvenes a ser moderados en todo, dándoles tú mismo ejemplo de buena conducta, en lo que se refiere a la pureza de doctrina, a la dignidad, a la enseñanza correcta e inobjetable.
De esa manera, el adversario quedará confundido, porque no tendrá nada que reprocharnos. Porque la gracia de Dios, que es fuente de salvación para todos los hombres, se ha manifestado. Ella nos enseña a rechazar la impiedad y los deseos mundanos, para vivir en la vida presente con sobriedad, justicia y piedad, mientras aguardamos la feliz esperanza y la Manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador, Cristo Jesús. El se entregó por nosotros, a fin de librarnos de toda iniquidad, purificarnos y crear para sí un Pueblo elegido y lleno de celo en la práctica del bien.
Salmo 37(36),3-4.18.23.27.29
Confía en el Señor y practica el bien;
habita en la tierra y vive tranquilo:
que el Señor sea tu único deleite,
y él colmará los deseos de tu corazón.
El Señor se preocupa de los buenos
y su herencia permanecerá para siempre;
El Señor asegura los pasos del hombre
en cuyo camino se complace:
Aléjate del mal, practica el bien,
y siempre tendrás una morada,
pero los justos poseerán la tierra
y habitarán en ella para siempre.
Catequesis de san Teodoro el Estudita (759-826) Somos simples servidores
Mis hermanos, padres e hijos, una vez más cumplo con mi deber: recordarles el llamado de la catequesis. (…) El que es diligente en sus tareas y cuidadoso en el servicio que se le ha confiado, cómo si sirviera a Dios y no sólo a los hombres, se muestra un obrero irreprochable (cf. 2 Tm 2,15).Que tome sobre él los labores más pesados, que se alegre de velar sobre su prójimo, sabiendo que una gran recompensa le es reservada en el cielo. (…)
Cualquiera sea la labor, grande o pequeña, en la carrera incesante del deseo inextinguible de bienes eternos, resistamos valerosamente, soportemos todo con buen humor. Cumplamos todo bajo la inspiración de Dios, perdonándonos mutualmente (cf. Ef 4,32; Col 3,13), llenos de ternura los unos por los otros, al punto que cada uno quiera dar su vida por su hermano (cf. 1 Tes 2,8), en espíritu y en su carne.
Alegría para mi, pecador y desesperado, alegría infinita e inefable, si el Hijo único de Dios los invita y persuade para conducirse así. Él por obediencia a Dios Padre, se abajó al punto que de señor se hizo esclavo, conoció la muerte y muerte de cruz (cf. Flp 2,8). ¡Alegría y júbilo indecible para ustedes también, que cumplen sus mandamientos! No sólo desde ahora recibirán brillantes elogios de los testigos de lo que sucede en ustedes, que triunfan del enemigo y resisten a sus sugestiones y artificios.
También en el mundo futuro danzarán en presencia de la gloria de Cristo Dios y serán contados entre los coros angélicos y la asamblea de santos.
Como dice el salmo, venerables hermanos: “y todos cantarán mientras danzan. Todas mis fuentes de vida estarán en ti” (Sal 87 (86),7). ¡Este es nuestro llamado!