Evangelio según San Juan 16,12-15
Durante la Última Cena, Jesús dijo a sus discípulos: Todavía tengo muchas cosas que decirles, pero ustedes no las pueden comprender ahora. Cuando venga el Espíritu de la Verdad, él los introducirá en toda la verdad, porque no hablará por sí mismo, sino que dirá lo que ha oído y les anunciará lo que irá sucediendo. El me glorificará, porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes. Todo lo que es del Padre es mío. Por eso les digo: Recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes.
Comentario del Evangelio
Jesús nos habla del Espíritu Santo diciéndonos que vendrá el Espíritu de la Verdad el cual nos guiará a una vida llena de coraje donde lo fundamental es una actitud de discernimiento permanente. Cuando nos acercamos a la Palabra de Dios, pidamos siempre al Espíritu Santo que nos asista, para que nos ilumine la mente y podamos captar el sentido más hondo y existencial del mensaje y no entenderlo al pie de la letra, es decir, tal como dice el texto sin discernirlo.Hoy nos preguntamos:
¿E experimentado alguna vez la luz y la fuerza del Espíritu Santo?
¿Invoco al Espíritu Santo antes de tomar decisiones?
¿Le pido al Espíritu Santo que ilumine y guie a mis seres queridos?
Lecturas del día
Libro de los Proverbios 8,22-31
El Señor me creó como primicia de sus caminos, antes de sus obras, desde siempre. Yo fui formada desde la eternidad, desde el comienzo, antes de los orígenes de la tierra. Yo nací cuando no existían los abismos, cuando no había fuentes de aguas caudalosas. Antes que fueran cimentadas las montañas, antes que las colinas, yo nací, cuando él no había hecho aún la tierra ni los espacios ni los primeros elementos del mundo.
Cuando él afianzaba el cielo, yo estaba allí; cuando trazaba el horizonte sobre el océano, cuando condensaba las nubes en lo alto, cuando infundía poder a las fuentes del océano, cuando fijaba su límite al mar para que las aguas no transgredieran sus bordes, cuando afirmaba los cimientos de la tierra, yo estaba a su lado como un hijo querido y lo deleitaba día tras día, recreándome delante de él en todo tiempo, recreándome sobre la faz de la tierra, y mi delicia era estar con los hijos de los hombres.
Salmo 8,4-5.6-7.8-9
Al ver el cielo, obra de tus manos,
la luna y las estrellas que has creado:
¿Qué es el hombre para que pienses en él,
el ser humano para que lo cuides?
Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y esplendor;
le diste dominio sobre la obra de tus manos.
Todo lo pusiste bajo sus pies.
Todos los rebaños y ganados,
y hasta los animales salvajes;
las aves del cielo, los peces del mar
y cuanto surca los senderos de las aguas.
Carta de San Pablo a los Romanos 5,1-5
Hermanos: Justificados, entonces, por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo. Por él hemos alcanzado, mediante la fe, la gracia en la que estamos afianzados, y por él nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Más aún, nos gloriamos hasta de las mismas tribulaciones, porque sabemos que la tribulación produce la constancia; la constancia, la virtud probada; la virtud probada, la esperanza.
Y la esperanza no quedará defraudada, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado.
Himno de Simeón el Nuevo Teólogo (c. 949-1022) Todo lo que pertenece a mi Padre es mío
Tú brillaste, te manifestaste como una luz de gloria
la luz inalcanzable de tu esencia, Salvador,
y tú iluminaste un alma hundida en las tinieblas…
Iluminados por la luz del Espíritu,
los hombres miran al Hijo, ven al Padre
y adoran a la Trinidad de Personas, al Dios único…
Porque el Señor (Cristo) y el Espíritu (2Corintios 3,17),
el Espíritu también es Dios, el Padre del Señor,
seguro que es un solo Espíritu, porque no está dividido.
Aquel que lo posee, posee realmente los tres
pero sin duda…
Porque el Padre existe ¿y cómo será el hijo?
Ya que él fue unigénito por esencia.
Ahí está el hijo ¿y cómo se volverá Espíritu?
El Espíritu es Espíritu – ¿y cómo aparecerá el Padre?
El Padre es Padre, porque produce constantemente…
El Hijo es Hijo porque constantemente es engendrado
y fue engendrado antes de todos los tiempos.
Él surge sin ser cortado de raíz.
Pero a la vez es una parte sin ser separado
y se hace uno con el Padre que está Vivo,
y él mismo es Vida y da la vida a todos (Juan 14,6:10,28).
Todo lo que tiene el Padre, el Hijo también lo tiene.
Todo lo que tiene el Hijo, el Padre también lo tiene.
Vemos que el Padre en todo se parece al Hijo,
solo que uno engendra y el otro es engendrado constantemente…
¿Cómo surge el hijo del Padre? Como la palabra sale del espíritu.
¿Cómo fue separado? Como la voz lo es de la palabra.
¿Cómo tomó un cuerpo? Como la palabra que escribimos…
¿Cómo darle un nombre al Creador de todo?
Nombres, acciones, expresiones,
todo vino al mundo bajo la orden de Dios
porque él le dio nombre a sus obras
y a cada realidad su apelación propia…
Pero su nombre nunca lo hemos conocido
si no que es “Dios inexplicable” como dice la Escritura (Génesis 32,30).
Entonces, si Él es inexplicable, si no tiene nombre,
si es invisible, si es misterioso,
si es inaccesible, solo más allá de toda palabra,
más allá del pensamiento no solamente humano
sino también aquel de los ángeles,
“Envuelto en un manto de oscuridad” (Salmos 17,12).
Todo el resto, aquí abajo pertenece a las tinieblas
pero él mismo, como la luz, está más allá de las tinieblas.