Evangelio según san Lucas 17,1-6
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Es imposible que no haya escándalos; pero ¡hay de quien los provoca! Al que escandaliza a uno de estos pequeños, más le valdría que le ataran al cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar. Tened cuidado. Si tu hermano te ofende, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo; si te ofende siete veces en un día, y siete veces vuelve a decirte: “Me arrepiento”, lo perdonarás». Los apóstoles le dijeron al Señor: «Auméntanos la fe». El Señor dijo:
«Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: “Arráncate de raíz y plántate en el mar”, y os obedecería».
Comentario del Evangelio
Me parece que todos nosotros podemos hacer nuestra esta invocación. También nosotros, como los apóstoles, decimos al Señor Jesús: “¡Auméntanos la fe!”. Sí, Señor, nuestra fe es pequeña, nuestra fe es débil, frágil, pero te la ofrecemos tal como es, para que Tú la hagas crecer. ¿Les parece que repitamos todos juntos esto: Señor, auméntanos la fe? ¿Lo hacemos? Todos: Señor auméntanos la fe. ¡Señor, auméntanos la fe. Señor auméntanos la fe! ¡Que nos la haga crecer, ¡eh!
Y el Señor, ¿qué cosa nos responde? Responde: “Si tuvieran fe como un grano de mostaza…”. La semilla de la mostaza es pequeñísima, pero Jesús dice que basta tener una fe pequeña pero verdadera y sincera, para hacer cosas humanamente imposibles, impensables. ¡Y es verdad!» (S.S. Francisco, 6 de octubre de 2013).
Lecturas del dia
De la carta del apóstol san Pablo a Tito 1,1-9
Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, para suscitar la fe de los elegidos de Dios y el conocimiento de la verdad, que, de acuerdo con la piedad, lleva a la esperanza de la vida eterna; esta fue prometida antes de los siglos por Dios, que nunca miente; al llegar el tiempo apropiado, él manifestó su palabra por la predicación que me fue confiada según el mandato de Dios nuestro Salvador, a Tito, verdadero hijo en la fe que compartimos: gracia y paz de parte de Dios Padre y de Cristo Jesús, Salvador nuestro.
Mi intención al dejarte en Creta era que acabaras de organizar lo que aún faltaba por hacer y constituyeses presbíteros en cada ciudad, siguiendo las instrucciones que te di.
Que el presbítero sea alguien sin tacha, marido de una sola mujer, que tenga hijos creyentes, a los que no quepa acusar de vida desenfrenada ni de ser unos insubordinados.
Porque es preciso que el obispo sea intachable, como administrador que es de la casa de Dios; que no sea presuntuoso, ni colérico, ni dado al vino, ni pendenciero, ni ávido de ganancias poco limpias. Al contrario, ha de ser hospitalario, amigo del bien, sensato, justo, piadoso, dueño de sí. Debe mostrar adhesión al mensaje de la fe de acuerdo con la enseñanza, para que sea capaz tanto de orientar en la sana doctrina como de rebatir a los que sostienen la contraria.
Sal 23
Esta es la generación que busca tu rostro, Señor.
Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos.
¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón,
que no confía en los ídolos.
Ese recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Esta es la generación que busca al Señor,
que busca tu rostro, Dios de Jacob.
Reflexión del Evangelio de hoy No escandaizar, siempre perdonar y tener fe
En este fragmento del evangelio de Lucas, Jesús nos presenta tres puntos distintos: el Escándalo, el Perdón y la Fe. Parecen tres elementos que no tengan nada en común, pero en realidad los tres están enfocados a conseguir una auténtica convivencia y crecimiento como personas y en la misión de la Iglesia. Debemos aferrarnos a la misericordia de Dios y no dejarnos llevar por los malos ejemplos.
Sólo debemos recordar la frase de Jesús en la cruz “…perdónalos porque no saben lo que hacen”; por muy grave que sea la ofensa que nos han hecho ¿no es mayor el suplicio al que sometieron a Cristo en el Gólgota?
Como reacción a la catequesis de Jesús, los Apóstoles le piden que les aumente la fe, y entonces les pone el símil del grano de mostaza y la morera. Pensamos que tenemos fe porque recitamos el Credo como si fuéramos papagayos, pero ¿hemos meditado detalladamente cada una de las frases del Credo? ¿Estamos convencidos de que Jesús es el verdadero Hijo de Dios encarnado por nosotros para nuestra salvación?
El Señor nos pide que seamos consecuentes y que nuestra mentalidad esté totalmente dirigida y entregada a Dios, que nos olvidemos de las rutinas y que nuestra vida esté guiada por la adhesión a Jesús y su Buena Noticia. Esto es lo que debemos reflejar en nuestras vidas hacia los demás.