Evangelio según san Marcos 4, 21-25
En aquel tiempo, Jesús dijo al gentío:
¿Se trae la lámpara para meterla debajo del celemín o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero? No hay nada escondido sino para que sea descubierto. No haya nada oculto, sino para que salga a la luz. El que tenga oídos para oír, que oiga.
Les dijo también:
Atención a lo que estáis oyendo: la medida que uséis la usarán con vosotros, y con creces. Porque al que tiene se le dará y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene.
Comentario del Evangelio
La vida propuesta por Cristo y los dones ofrecidos por Dios no pueden esconderse. De ahí que hoy en el evangelio, Jesús pregunte si la luz está hecha para esconderla debajo de la cama. La luz es para que ilumine. Las cosas buenas merecen ser conocidas. Lo que ayuda a la vida necesita hacerse accesible. La vida cristiana está llamada a mostrar a Jesús, con las palabras y con la vida. Eso, en parte es lo que ocurre con la vida de los santos, con la vida de Don Bosco a quien hoy celebramos. Nuestro ser cristiano debe notarse allí donde nos encontremos. Es un deber y una necesidad. Concédenos que animado por esa caridad que ardía en el corazón de Don Bosco,a quien hoy celebramos, busquemos el bien de las personas y vivamos entregados a tu servicio. Hoy nos preguntamos:
¿Cómo vivimos nosotros?
¿Estamos entregados a Dios?
¿Es nuestra vida testimonio de la vida propuesta por Jesús?
Lecturas del día
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 1, 1-8
Pablo, apóstol de Cristo Jesús por voluntad de Dios, para anunciar la promesa de vida que hay en Cristo Jesús, a Timoteo, hijo querido: gracia, misericordia y paz de parte de Dios Padre y de Cristo Jesús, Señor nuestro. Doy gracias a Dios, a quien sirvo como mis antepasados, con conciencia limpia, porque te tengo siempre presente en mis oraciones noche y día.
Al acordarme de tus lágrimas, ansío verte, para llenarme de alegría. Evoco el recuerdo de tu fe sincera, la que arraigó primero en tu abuela Loide y tu madre Eunice, y estoy seguro que también en ti. Por esta razón te recuerdo que reavives el don de Dios que hay en ti por imposición de mis manos porque, pues Dios no nos ha dado un espíritu cobardía, sino de fortaleza, amor y de templanza. Así pues, no te avergüences del testimonio de nuestro Señor ni de mí, su prisionero; antes bien, toma parte en los padecimientos por el Evangelio, según la fuerza de Dios.
Sal 95, 1 2a. 2b 3. 7 Sa. 10
Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre.
Proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones.
Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor.
Decid a los pueblos: «El Señor es rey, él afianzó el orbe,
y no se moverá; él gobierna a los pueblos rectamente».
Reflexión del Evangelio de hoy Reaviva el don de Dios
Timoteo tenía fe sincerarecibida del Espíritu Santo a través de su madre y de su abuela. Es la familia la primera escuela en la que recibimos el don de la fe.
La fe no se hereda, se transmite viviendo la confianza en Cristo, en quien se revela el amor de Dios Padre; amor que necesitamos y buscamos.
La fe, más que conocer cosas, es un encuentro con Cristo de gracia, misericordia y paz.
La fe viva es luminosa, es alegría, ilusión, valentía, buen juicio; es capacidad de tomar buenas decisiones basándonos en la enseñanza de la Sagrada Escritura.
Cuida tu fe para que no se debilite, ni se diluya viviendo mundanamente.
Reaviva el don de Dios, da testimonio del regalo de la fe: como Gracia misericordia y paz. No te avergüences, ni seas cobarde, no tengas miedo de dar la cara por Cristo. Toma parte en los duros trabajos del Evangelio; anuncia la promesa de vida que hay en Cristo. ¿Cómo vives tu fe?
Que tu fe ilumine el sentido de la vida
Somos una luz encendida por Cristo. Creer en Cristo es aceptar en nosotros su luz y comunicar con nuestras palabras y obras esa luz a una humanidad que sin Él, anda a oscuras.
Somos una luz puesta en lugar visible que descubre: injusticias, corrupción… Nuestra luminosa vida de cristianos debe denunciarlas.
Somos una luz que sirve a otros en la solidaridad con los pobres, las luchas por la liberación, el cuidado de los más débiles: niños, enfermos, ancianos; en la ternura y fidelidad de los esposos
Haz brillar la luz de la verdad: Si tienes, esperanza, solidaridad, capacidad de compartir, sentido comunitario, anhelo de justicia y paz, misericordia, capacidad de perdonar, Dios te dará todo eso con creces.
“¡Atención a lo que estáis oyendo!”. Jesús a todos llama a la conversión: Si estás lleno de egoísmo y codicia, de orgullo, indiferencia, dureza de corazón, cosecharás en tu vida las consecuencias de esa maldad.
Que tu fe ilumine el sentido de la vida.