Se quedaban asombrados de su enseñanza porque hablaba con autoridad y poder y su fama se extendía por todas partes

Se quedaban asombrados de su enseñanza porque hablaba con autoridad y poder y su fama se extendía por todas partes

Evangelio según San Lucas 4,31-37

Jesús bajó a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y enseñaba los sábados. Y todos estaban asombrados de su enseñanza, porque hablaba con autoridad. En la sinagoga había un hombre que estaba poseído por el espíritu de un demonio impuro; y comenzó a gritar con fuerza; ¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios. Pero Jesús lo increpó, diciendo:Cállate y sal de este hombre. El demonio salió de él, arrojándolo al suelo en medio de todos, sin hacerle ningún daño. El temor se apoderó de todos, y se decían unos a otros: ¿Qué tiene su palabra? ¡Manda con autoridad y poder a los espíritus impuros, y ellos salen! Y su fama se extendía por todas partes en aquella región.

Comentario del Evangelio

Uno de los rasgos más importantes que ofrece el evangelio de Lucas para comprender a Jesús es su autoridad. Jesús se diferencia mucho de los maestros y profetas de Israel. Su autoridad era siempre delegada. Debían citar siempre al maestro con el que habían estudiado, refiriéndose por tanto a una autoridad anterior. Sin embargo, Jesús habla con autoridad propia. Y no sólo en las respuestas que da a la gente. En el evangelio de hoy le vemos dar órdenes al demonio para que deje en paz a un hombre que vivía atormentado por su presencia maligna. La autoridad de Jesús nos dice que podemos confiar en Él.

Lecturas del dia

Carta I de San Pablo a los Corintios 2,10b-16

Hermanos: El Espíritu lo penetra todo, hasta lo más íntimo de Dios. ¿Quién puede conocer lo más íntimo del hombre, sino el espíritu del mismo hombre? De la misma manera, nadie conoce los secretos de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para que reconozcamos los dones gratuitos que Dios nos ha dado. Nosotros no hablamos de estas cosas con palabras aprendidas de la sabiduría humana, sino con el lenguaje que el Espíritu de Dios nos ha enseñado, expresando en términos espirituales las realidades del Espíritu. El hombre puramente natural no valora lo que viene del Espíritu de Dios: es una locura para él y no lo puede entender, porque para juzgarlo necesita del Espíritu. El hombre espiritual, en cambio, todo lo juzga, y no puede ser juzgado por nadie. Porque ¿quién penetró en el pensamiento del Señor, para poder enseñarle? Pero nosotros tenemos el pensamiento de Cristo.

Salmo 145(144),8-9.10-11.12-13ab.13cd-14

El Señor es bondadoso y compasivo,
lento para enojarse y de gran misericordia;
el Señor es bueno con todos
y tiene compasión de todas sus criaturas.

Que todas tus obras te den gracias, Señor,
y tus fieles te bendigan;
que anuncien la gloria de tu reino
y proclamen tu poder.

Así manifestarán a los hombres tu fuerza
y el glorioso esplendor de tu reino:
tu reino es un reino eterno,
y tu dominio permanece para siempre.

El Señor es fiel en todas sus palabras
y bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que caen
y endereza a los que están encorvados.

Catequesis bautisma de san Cirilo de Jerusalén (313-350)  Tu omnipotente palabra se lanzó desde el cielo, desde el trono real

Dios es Espíritu. (Jn 5,24) El que es Espíritu engendra por el Espíritu…por una generación simple e incomprensible. El Hijo mismo dice del Padre: “El Señor me ha dicho: tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy.” (Sal 2,7) Este hoy no es algo reciente sino eterno. Este hoy no pertenece al tiempo sino que existe desde toda la eternidad. “Desde el seno de la aurora te he engendrado como rocío.” (Sal 109,3). Cree, pues, en Jesucristo, Hijo de Dios vivo, pero Hijo único según la palabra del evangelio: “Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna.” (Jn 3,16)…Juan da testimonio: “…hemos visto su gloria, la gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad.” (Jn 1,14)

Así, los mismos demonios tiemblan en su presencia, clamando: “¿Qué tenemos nosotros que ver contigo, Hijo de Dios?” (Mt 8,29) El es, pues, el Hijo de Dios por naturaleza y no por adopción, ya que es engendrado por el Padre… El Padre, Dios verdadero, ha engendrado al Hijo antes de todos los siglos, Dios verdadero… Cristo ha sido engendrado “Palabra viva y eficaz” (Heb 4,12), no simplemente pronunciada por los labios, sino nacida del Padre ante todos los siglos, por generación inefable… Palabra que contiene la voluntad del Padre y produce toda cosa según su orden…Palabra llena de autoridad que gobierna todo, porque “el Padre le había entregado todo.” (Jn 13,3)

JOIN OUR NEWSLETTER
Acepto recibir correos.
¿Quiere estar siempre al día? Ingrese su nombre y correo
We hate spam. Your email address will not be sold or shared with anyone else.

Su comentario