Los santos inocentes

Los santos inocentes

Evangelio según San Mateo 2,13-18

Después de la partida de los magos, el Angel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”. José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto. Allí permaneció hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por medio del Profeta: Desde Egipto llamé a mi hijo.

Al verse engañado por los magos, Herodes se enfureció y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores de dos años, de acuerdo con la fecha que los magos le habían indicado. Así se cumplió lo que había sido anunciado por el profeta Jeremías: En Ramá se oyó una voz, hubo lágrimas y gemidos: es Raquel, que llora a sus hijos y no quiere que la consuelen, porque ya no existen.

Lecturas del día

Epístola I de San Juan 1,5-10.2,1-2

La noticia que hemos oído de él y que nosotros les anunciamos, es esta: Dios es luz, y en él no hay tinieblas. Si decimos que estamos en comunión con él y caminamos en las tinieblas, mentimos y no procedemos conforme a la verdad. Pero si caminamos en la luz, como el mismo está en la luz, estamos en comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos purifica de todo pecado. Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonarnos y purificarnos de toda maldad.Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos pasar por mentiroso, y su palabra no está en nosotros.Hijos míos, les he escrito estas cosas para que no pequen. Pero si alguno peca, tenemos un defensor ante el Padre: Jesucristo, el Justo.El es la Víctima propiciatoria por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.

Salmo 124(123),2-3.4-5.7b-8

Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando los hombres se alzaron contra nosotros,
nos habrían devorado vivos.
Cuando ardió su furor contra nosotros,

las aguas nos habrían inundado,
un torrente nos habría sumergido,
nos habrían sumergido las aguas turbulentas.
de la trampa del cazador

Nuestra ayuda está en el nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.

Comentario de Santa Teresa Benedicta de la Cruz  Los santos Inocentes, “compañeros del Cordero”: “ellos siguen al Cordero adonde quiera que vaya” (antífona de entrada, Ap 14,4) 

No sabemos adónde el Divino Niño quiere conducirnos sobre esta tierra, y no debemos preguntarlo antes de tiempo. Nuestra certeza, es que “en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman” (Rm 8,28) y además, que los caminos trazados por el Señor llevan más allá de esta tierra. Tomando un cuerpo, el Creador del género humano nos ofrece su divinidad. Dios se hizo hombre para que los hombres puedan convertirse en hijos de Dios “Oh, maravilloso intercambio” (Liturgia de Navidad)…

Ser hijo de Dios significa dejarse conducir por la mano de Dios, hacer la voluntad de Dios y no la nuestra, depositar en la mano de Dios todas nuestras preocupaciones y toda nuestra esperanza, no preocuparse más ni de uno mismo, ni del porvenir. Es sobre esta base que reposan la libertad y la alegría del hijo de Dios…

Dios se hizo hombre para que pudiéramos participar de su vida. La naturaleza humana que Cristo asumió hizo posible que él sufriera y que muriera…Todo hombre debe sufrir y morir, pero si es un miembro vivo del Cuerpo de Cristo, su sufrimiento y su muerte reciben una fuerza redentora por la divinidad de aquél que es la cabeza…En la noche del pecado brilla la estrella de Belén. Y sobre la luz resplandeciente que brota del pesebre desciende la sombra de la cruz.

La luz se apaga en las tinieblas del Viernes Santo, pero resurge más brillante aun, como un sol de gracia, en la mañana de la resurrección. Es por la cruz y el sufrimiento que pasa el camino del Hijo de Dios hecho carne, hasta la gloria de la resurrección. Para llegar a la gloria de la resurrección con el Hijo del Hombre, es por el sufrimiento y por la muerte que pasa el camino, para cada uno de nosotros y para la humanidad entera.

JOIN OUR NEWSLETTER
Acepto recibir correos.
¿Quiere estar siempre al día? Ingrese su nombre y correo
We hate spam. Your email address will not be sold or shared with anyone else.

Su comentario