La cosecha es abundante

La cosecha es abundante

  • Audio
  • Evangelio según san Mateo Mt 9, 35-38

    Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias. Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para su cosecha.

    Comentario del Evangelio

    Jesús vivió con corazón de pastor, conociendo las necesidades y los sufrimientos de cada uno de los que se acercaban a él y guiándolos con su palabra. Y esto fue así porque su corazón era capaz de compadecerse ante el otro y de dejarse conmover. Pidamos para que todos aquellos que tienen alguna función de pastoreo la realicen con un corazón sensible.

    Lectura del día

    Lectura de la segunda carta de san Pablo a Timoteo  2Tim 1, 13-14; 2, 1-3

    Toma como norma las saludables lecciones de fe y de amor a Cristo Jesús que has escuchado de mí. Conserva lo que se te ha confiado, con la ayuda del Espíritu Santo, que habita en nosotros. Tú, que eres mi hijo, fortalécete con la gracia de Cristo Jesús. Lo que oíste de mí y está corroborado por numerosos testigos, confíalo a hombres responsables que sean capaces de enseñar a otros. Comparte mis fatigas, como buen soldado de Jesucristo.

    Sal 95, 1-3. 7-8. 10

    Canten al Señor un canto nuevo,
    cante al Señor toda la tierra;
    canten al Señor, bendigan su nombre.

    Día tras día, proclamen su victoria.
    Anuncien su gloria entre las naciones,
    y sus maravillas entre los pueblos.

    Aclamen al Señor, familias de los pueblos;
    aclamen la gloria y el poder del Señor.

    Aclamen la gloria del nombre del Señor.
    Entren en sus atrios trayendo una ofrenda.

    Digan entre las naciones: ¡El Señor reina!
    El mundo está firme y no vacilará.
    El Señor juzgará a los pueblos con rectitud

    Comentario del Venerable Pio XII (1876-1958)  Cristo, la Vía, la Verdad y la Vida es la luz de la conciencia

    La conciencia es el núcleo más íntimo y secreto del hombre. Es allí adónde se refugia con sus facultades espirituales en una soledad absoluta: solo consigo mismo, o más bien, solo con Dios, cuya voz se hace escuchar en la conciencia. Es allí adónde uno se determina por el bien o por el mal; es allí que uno escoge el camino de la victoria o el de la derrota. Incluso si lo quisiera, el hombre no lograría deshacerse de ella. Con ella, ya sea que uno la apruebe, o que la condene, recorrerá todo el camino de la vida, y con ella también, testigo verídico e incorruptible, se presentará al juicio de Dios.

    La conciencia es entonces un santuario, sobre el umbral del cual todos deben detenerse; todos, incluso el padre o la madre, cuando se trata de un niño. Solo el sacerdote entra como médico de las almas; pero la conciencia no cesa de ser un santuario celosamente vigilado, Dios mismo quiere que el secreto sea preservado bajo el sello del más sagrado de los silencios. ¿En qué sentido podemos hablar de la educación de la conciencia? El divino Salvador ha traído al hombre ignorante y débil su verdad y su gracia: la verdad para indicarle la vía que conduce al objetivo; la gracia para otorgarle la fuerza de poder alcanzarlo. Cristo es la Vía, la Verdad y la Vida, no solamente para todos los hombres en su conjunto, sino para cada uno individualmente.

     

    JOIN OUR NEWSLETTER
    Acepto recibir correos.
    ¿Quiere estar siempre al día? Ingrese su nombre y correo
    We hate spam. Your email address will not be sold or shared with anyone else.

    Su comentario