Evangelio según san Mateo 11, 16-19
En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
¿A quién compararé esta generación? Se asemeja a unos niños sentados en la plaza, que gritan diciendo: Hemos tocado la flauta, y no habéis bailado; hemos entonado lamentaciones, y no habéis llorado. Porque vino Juan, que ni comía ni bebía y dicen: Tiene un demonio. Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores. Pero la sabiduría se ha acreditado por sus obras.
Comentario del Evangelio
En el evangelio de hoy se nos muestra a Jesús con actitud profética de denuncia y anuncio. Jesús se queja por la falta de coherencia de parte de su gente. Es interesante ver y darnos cuenta como a los líderes, a los sabios, no les gusta cuando alguien les critica o los desafía. Esto ocurría en tiempos de Jesús y ocurre hoy, en la sociedad civil y en la Iglesia. Hay personas que se apegan a lo que siempre ha sido enseñado y no aceptan otro modo de explicar y vivir la fe. Para que escuchen los demás, tenemos que reaccionar. Si nos quedamos mudos como hasta ahora lo hemos hecho, ya no habrá caso. Hoy nos preguntamos:
¿Tengo conciencia crítica, actitud profética frente a lo que está ocurriendo en la sociedad y en la Iglesia?
¿Digo si no comparto lo que estoy escuchando?
¿Las enseñanzas recibidas de nuestra religión, no tienen errores?
Lecturas del día
Lectura del libro de Isaías 48, 17-19
Esto dice el Señor, tu libertador, el Santo de Israel:
«Yo, el Señor, tu Dios, te instruyo por tu bien, te marco el camino a seguir. Si hubieras atendido a mis mandatos, tu bienestar sería como un río, tu justicia como las olas del mar, tu descendencia como la arena, como sus granos, el fruto de tus entrañas; tu nombre no habría sido aniquilado, ni eliminado de mi presencia».
Sal 1, 1-2. 3. 4 y 6
El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida
Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche.
Será como un árbol
plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin.
No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal.
Reflexión de las lecturas de hoy Dios nos conduce hacia el bien
Este texto de Isaías es un lamento por la infidelidad del pueblo a los mandamientos de Yahvé. Una desobediencia que les traerá el destierro y la destrucción. No eran esos los designios que Dios tenía para su pueblo, que ya desde Abraham ha ido postulando y prometiendo: un camino de paz, de justicia, de bienestar, de progreso y multiplicación. La ley de Dios ayuda al pueblo y lo acompaña hacia una realización feliz y justa. Seguir los mandamientos de Dios es pervivir en una sociedad pacífica, armoniosa, igualitaria y de bienestar.
Por eso el pueblo tiene que aprender a escuchar las lecciones del Señor que enseña para nuestro bien. Debe dejarse guiar por el buen camino de sus enseñanzas, para alcanzar una vida en plenitud para todo el pueblo y su descendencia. Pero cuesta mantenerse atento a la trascendencia. Cuesta abrir el corazón a la sabiduría divina, saber identificar la voluntad de Dios por encima de nuestras cortedades y caprichos. Pensar la vida desde Dios nos abre a un proyecto de felicidad, de satisfacción, de encuentro con los demás y con nosotros mismos. Un proyecto donde se realiza el designio y la sabiduría de Dios..
El que sigue al Señor encuentra la luz de la vida
¿Reservamos cada día un momento para ponernos en presencia de Dios, a la escucha de su palabra y su voluntad?