Jesús dijo a los escribas y fariseos que son semejantes a sepulcros blanqueados

Jesús dijo a los escribas y fariseos que son semejantes a sepulcros blanqueados

Evangelio según   Mateo   23, 27-32

En aquel tiempo, Jesús dijo a los escribas y fariseos: “¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque son semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera parecen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos y podredumbre! Así también ustedes: por fuera parecen justos, pero por dentro están llenos de hipocresía y de maldad.

¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque les construyen sepulcros a los profetas y adornan las tumbas de los justos, y dicen: ‘Si hubiéramos vivido en tiempo de nuestros padres, nosotros no habríamos sido cómplices de ellos en el asesinato de los profetas’! Con esto ustedes están reconociendo que son hijos de los asesinos de los profetas. ¡Terminen, pues, de hacer lo que sus padres comenzaron!”

Comentario

En este grupo están los cristianos que no dan testimonio. Son cristianos de nombre, cristianos de salón, cristianos de recepciones, pero su vida interior no es cristiana, es mundana. Uno que se dice cristiano y vive como un mundano, aleja a los que piden ayuda a gritos a Jesús.

Luego están los rigoristas, a quienes Jesús regaña porque que cargan mucho peso sobre los hombros de la gente. Jesús les dedica todo el capítulo 23 de san Mateo. Hipócritas, explotáis a la gente, les dice Jesús. Y en vez de responder al grito que pide salvación alejan a la gente.

Y finalmente está el tercer grupo de cristianos, los que ayudan a acercarse a Jesús. El grupo de cristianos que tienen coherencia entre lo que creen y lo que viven, y ayudan a acercarse a Jesús, a la gente que grita, pidiendo salvación, pidiendo la gracia, pidiendo la salud espiritual por su alma. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 28 de mayo de 201, en Santa Marta).

Lecturas del día

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses    2 Tes 3, 6-10. 16-18

Hermanos: Les mando, en nombre del Señor Jesucristo, que se aparten de todo hermano que viva ociosamente y no según la enseñanza que de mí recibieron. Ya saben cómo deben vivir para imitar mi ejemplo, puesto que, cuando estuve entre ustedes, supe ganarme la vida y no dependí de nadie para comer; antes bien, de día y de noche trabajé hasta agotarme para no serles gravoso. Y no porque no tuviera yo derecho a pedirles el sustento, sino para darles un ejemplo que imitar. Así, cuando estaba entre ustedes, les decía una y otra vez: “El que no quiera trabajar, que no coma”.

Que el Señor de la paz les conceda su paz siempre y en todo. Que el Señor esté con todos ustedes. Este saludo es de mi puño y letra. Así firmo yo, Pablo, en todas mis cartas; ésta es mi letra.   La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con todos vosotros.

Salmo 127, 1bc-2. 4-5

R/. Dichosos los que temen al Señor.

Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien. R/.

Ésta es la bendición del hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida. R/.

 

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