Evangelio según San Lucas 19,45-48
Jesús al entrar al Templo, se puso a echar a los vendedores, diciéndoles: Está escrito: Mi casa será una casa de oración, pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones.
Y diariamente enseñaba en el Templo. Los sumos sacerdotes, los escribas y los más importantes del pueblo, buscaban la forma de matarlo. Pero no sabían cómo hacerlo, porque todo el pueblo lo escuchaba y estaba pendiente de sus palabras.
Comentario del Evangelio
“Mi casa será casa de oración”. No sé quién nos enseñó a rezar ni cómo vivimos hoy la oración. Lo más probable es que tengamos prácticas diferentes. Para algunos, la oración se confunde quizá con los primeros recuerdos de la infancia. Otros han llegado a la oración solos, ya mayores, cortando incluso con la tradición familiar. Rezamos desde siempre o comenzamos hace poco. La oración marca nuestro quehacer diario, como una especie de respiración ondulante y viva. Para comprender la naturaleza de la oración es necesario aproximarse a la estructura antropológica que nos forma a todos. El secreto es éste: somos oración. Y la palabra clave es el término “relación”.
Lecturas del dia
Apocalipsis 10,8-11
Y la voz que había oído desde el cielo me habló nuevamente, diciéndome: “Ve a tomar el pequeño libro que tiene abierto en la mano el Angel que está de pie sobre el mar y sobre la tierra”. Yo corrí hacia el Angel y le rogué que me diera el pequeño libro, y él me respondió: “Toma y cómelo; será amargo para tu estómago, pero en tu boca será dulce como la miel”.
Yo tomé el pequeño libro de la mano del Angel y lo comí: en mi boca era dulce como la miel, pero cuando terminé de comerlo, se volvió amargo en mi estómago. Entonces se me dijo: “Es necesario que profetices nuevamente acerca de una multitud de pueblos, de naciones, de lenguas y de reyes”.
Salmo 119(118),14.24.72.103.111.131
Me alegro de cumplir tus prescripciones,
más que de todas las riquezas.
Porque tus prescripciones son todo mi deleite,
y tus preceptos, mis consejeros.
Para mí vale más la ley de tus labios
que todo el oro y la plata.
¡Qué dulce es tu palabra para mi boca,
es más dulce que la miel!
Tus prescripciones son mi herencia para siempre,
porque alegran mi corazón.
Abro mi boca y aspiro hondamente,
porque anhelo tus mandamientos.
Texto del Misal Romano Mi casa será casa de oración
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, Por Cristo, Señor nuestro. Porque en esta casa visible que hemos construido, donde reúnes y proteges sin cesar, a esta familia que hacia ti peregrina, manifiestas y realizas de manera admirable el misterio de tu comunión con nosotros.
En este lugar, Señor, tú vas edificando aquel templo que somos nosotros, y así, la Iglesia, extendida por toda la tierra, crece unida, como Cuerpo de Cristo, hasta legar a ser nueva Jerusalén, verdadera visión de paz.
Por eso, Señor, te celebramos en el templo de tu gloria, y con todos los ángeles te bendecimos y te glorificamos, cantando: «¡Santo, Santo, Santo, Señor Dios del universo!»