El vino nuevo se pone en envases nuevos

El vino nuevo se pone en envases nuevos

Evangelio según san Mateo 9,14-17

Se acercaron a Jesús los discípulos de Juan y le dijeron: ¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacemos nosotros y los fariseos? Jesús les respondió: ¿Acaso los amigos del esposo pueden estar tristes mientras el esposo está con ellos? Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán. Nadie usa un pedazo de género nuevo para remendar un vestido viejo, porque el pedazo añadido tira del vestido y la rotura se hace más grande. Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque los odres revientan, el vino se derrama y los odres se pierden. ¡No, el vino nuevo se pone en odres nuevos, y así ambos se conservan!

Comentario

Hoy Mateo nos habla de lo nuevo y de lo viejo. Jesús nos trae una nueva realidad. Por ello, cuando las prácticas piadosas son un parche, siempre hay tensión en el entorno, como entre un paño viejo y uno nuevo. El Reino de Dios no se sostiene con parches, sino que requiere la conversión total del corazón. De algún modo se nos recuerda hoy que Jesucristo es el Hombre Nuevo, el que renueva todo lo caduco que se había ido pegando a la humanidad a lo largo de los siglos. Meditemos sobre esta afirmación. Hoy nos preguntamos:

¿Cuál es la imagen de Dios que está detrás de nuestras prácticas religiosas?
¿Qué mensaje recibo hoy para mi comunidad?
¿Es mi camino de fe solamente el cumplimiento?

Lecturas del día

Libro de Amós 9,11-15

Así habla el Señor: Aquel día, yo levantaré la choza derruida de David, repararé sus brechas, restauraré sus ruinas, y la reconstruiré como en los tiempos pasados, para que ellos tomen posesión del resto de Edóm y de todas las naciones que han sido llamadas con mi Nombre -oráculo del Señor, que cumplirá todo esto-.

Llegan los días -oráculo del Señor- en que el labrador seguirá de cerca al que siega, y el que vendimia al que siembra. Las montañas harán correr el vino nuevo y destilarán todas las colinas.

Yo cambiaré la suerte de mi pueblo Israel; ellos reconstruirán las ciudades devastadas y las habitarán, plantarán viñedos y beberán su vino, cultivarán huertas y comerán sus frutos.

Los plantaré en su propio suelo, y nunca más serán arrancados del suelo que yo les di, dice el Señor, tu Dios.

Salmo 85(84),9.11-12.13-14

Voy a proclamar lo que dice el Señor:
el Señor promete la paz,
la paz para su pueblo y sus amigos,
y para los que se convierten de corazón.

El Amor y la Verdad se encontrarán,
la Justicia y la Paz se abrazarán;
la Verdad brotará de la tierra
y la Justicia mirará desde el cielo.

El mismo Señor nos dará sus bienes
y nuestra tierra producirá sus frutos.
La Justicia irá delante de él,
y la Paz, sobre la huella de sus pasos.

Homilía de Orígenes (c. 185-253) “Te desposaré en la fidelidad y tú conocerás al Señor” (Os 2,22)

“Rebeca bajó a la fuente y llenó su cántaro” (Gn 24,16), nos dice la Escritura. Cada día, Rebeca iba al pozo, cada día sacaba agua. Y como cada día pasaba mucho tiempo cerca de los pozos, el servidor de Abraham pudo encontrarla y darla en casamiento a Isaac. ¿Quizás piensas que se trata de un cuento o de una bella historia reportada por el Espíritu Santo en la Escritura? No es así, se trata realmente de una enseñanza espiritual, de una instrucción que se dirige a tu alma para enseñarte a venir cada día al pozo de las Escrituras, hacia las aguas del Espíritu Santo y sacar agua sin cesar para lograr un recipiente bien lleno. Así actuaba santa Rebeca. Si hubiera actuado de otra forma, no hubiera podido desposarse con el gran patriarca Isaac. (…)

Todo lo que contiene la Escritura es simbólico: contigo también Cristo quiere desposarse. A ti se dirige la promesa de los profetas: “Te desposaré en la fidelidad y tú conocerás al Señor” (Os 2,21 s.). Queriendo prometerte a él, Cristo te envía un servidor: la Palabra inspirada. No puedes desposarte con Cristo sin haberla recibido. (…)

Sólo los que saben sacar agua en abundancia de las profundidades de los pozos (…) y tienen un alma que hace todo con paciencia, enteramente disponible y aplicada a ir más profundo para sacar las aguas del conocimiento, sólo esta alma puede conocer las nupcias con Cristo.

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