Evangelio según San Mateo 5,1-12
Al ver a la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a él. Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo: Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia. Felices los afligidos, porque serán consolados. Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia. Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios. Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí. Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo; de la misma manera persiguieron a los profetas que los precedieron.
Comentario del Evangelio
Las bienaventuranzas son, ante todo, el retrato más perfecto de Jesús. Así lo vimos cuando estuvo con nosotros: pobre y humilde, capaz de llorar y de compadecerse con nuestros sufrimientos, sediento de la justicia del Reino, misericordioso y con el corazón puro, pacífico e injustamente perseguido hasta la muerte, y muerte de cruz. Por eso, las bienaventuranzas son una llamada a configurar nuestra vida con la de Jesús. Las bienaventuranzas son una propuesta de vida. Son un reto que nos invita a asumir el estilo de Jesús como nuestro propio estilo de vida.
Cuando vivimos el espíritu de las bienaventuranzas permitimos que la imagen de Jesús se imprima indeleblemente en nosotros como si se hiciese nuestra propia imagen.
Lecturas del dia
Primer Libro de los Reyes 17,1-6
Elías el tisbita, de Tisbé en Galaad, dijo a Ajab:¡Por la vida del Señor, el Dios de Israel, a quien yo sirvo, no habrá estos años rocío ni lluvia, a menos que yo lo diga! La palabra del Señor le llegó en estos términos: Vete de aquí; encamínate hacia el Oriente y escóndete junto al torrente Querit, que está al este del Jordán. Beberás del torrente, y yo he mandado a los cuervos que te provean allí de alimento. El partió y obró según la palabra del Señor: fue a establecerse junto al torrente Querit, que está al este del Jordán. Los cuervos le traían pan por la mañana y carne por la tarde, y él bebía del torrente.
Salmo 121(120),1-2.3-4.5-6.7-8
Levanto mis ojos a las montañas:
¿de dónde me vendrá la ayuda?
La ayuda me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
El no dejará que resbale tu pie:
¡tu guardián no duerme!
No, no duerme ni dormita
el guardián de Israel.
El Señor es tu guardián,
es la sombra protectora a tu derecha:
de día, no te dañará el sol,
ni la luna de noche.
El Señor te protegerá de todo mal
y cuidará tu vida.
El te protegerá en la partida y el regreso,
ahora y para siempre.
Pensamientos del santo Cura de Ars Un alma pura tiene todos los poderes
No hay nada tan hermoso como un alma pura. Si lo comprendiéramos no perderíamos la pureza. Un alma pura es como una perla fina. Mientras está en el fondo del mar, escondida en una concha marina, nadie piensa en admirarla. Pero si la muestras al sol, la perla brilla y atrae las miradas.
La pureza viene del cielo: hay que pedirla a Dios. Si la pedimos, la obtenemos. Hay que tener cuidado de no perderla. Cerrar nuestro corazón al orgullo, a la sensualidad y a las otras pasiones. Hijos míos, es difícil comprender el poder que un alma pura tiene sobre el Buen Dios: ella obtiene todo lo que quiere.
Un alma pura es junto a Dios como un niño junto a su madre: lo acaricia, lo abraza y la madre le devuelve caricias y abrazos.
Para conservar la pureza de corazon hay tres cosas: la Presencia de Dios, la oración y los sacramentos