Evangelio según san Lucas 12, 1-7
En aquel tiempo, miles y miles de personas se agolpaban. Jesús empezó a hablar, dirigiéndose primero a sus discípulos: «Cuidado con la levadura de los fariseos, que es la hipocresía, pues nada hay cubierto que no llegue a descubrirse, ni nada escondido que no llegue a saberse. Por eso, lo que digáis en la oscuridad será oído a plena luz, y lo que digáis al oído en las recámaras se pregonará desde la azotea. A vosotros os digo, amigos míos: no tengáis miedo a los que matan el cuerpo, y después de esto no pueden hacer más.
Os voy a enseñar a quién tenéis que temer: temed al que, después de la muerte, tiene poder para arrojar a la “gehenna”. A ese tenéis que temer, os lo digo yo. ¿No se venden cinco pájaros por dos céntimos? Pues ni de uno solo de ellos se olvida Dios. Más aún, hasta los cabellos de vuestra cabeza están contados. No tengáis miedo: valéis más que muchos pájaros».
Comentario del Evangelio
El evangelio de hoy nos presenta una crítica de Jesús contra las autoridades religiosas de su tiempo. La advertencia de Jesús vale también para los sacerdotes, religiosos e instituciones cristianas y los “buenos cristianos”, siempre cercanos a la jerarquía, por cuanto jugamos en la iglesia un papel muy parecido al de los fariseos y los maestros de la ley en la religión y sociedad de aquel tiempo. Jesús nos llama a confiar y a no tener miedo de seguirlo y tambien miedos ante la muerte, a la vejez, a la enfermedad, a la pobreza, al ridículo, a la soledad. Les invito esta semana a revisar nuestros miedos y a compartirlos con la ayuda del Señor. Hoy nos preguntamos:
¿Qué nos dice el Señor en su Palabra?
¿Estamos dispuestos a perder el miedo de seguirlo?
¿Perderemos el miedo a todo porque estamos con Jesús?
Lecturas del dia
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 1, 11-14
Hermanos: En Cristo hemos heredado también los hijos de Israel, los que ya estábamos destinados por decisión del que lo hace todo según su voluntad, para que seamos alabanza de su gloria quienes antes esperábamos en el Mesías. En él también vosotros, después de haber escuchado la palabra de la verdad —el evangelio de vuestra salvación—,
creyendo en él habéis sido marcados con el sello del Espíritu Santo prometido. Él es la prenda de nuestra herencia, mientras llega la redención del pueblo de su propiedad, para alabanza de su gloria.
Sal 32, 1-2. 4-5. 12-13
Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad
Aclamad, justos, al Señor,
que merece la alabanza de los buenos.
Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas.
La palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra.
Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad.
El Señor mira desde el cielo,
se fija en todos los hombres.
Reflexión del Evangelio de hoy Bajo la mirada del Espíritu
Los versículos de la carta del apóstol San Pablo a los Efesios despiertan en nosotros el esfuerzo misionero de la Iglesia de hoy, que con el sello del Espíritu, nos da un espíritu de pertenencia. Este mismo espíritu es la prenda de la herencia, cuya posesión vamos a obtener el día de la liberación final.
Las afirmaciones del Señor
La levadura es una sustancia que provoca la fermentación de otra con la que se mezcla, pero la levadura de los fariseos equivale a vivir una vida donde el legalismo, la hipocresía y la piedad están presentes en muchos de estos hombres considerados piadosos; y Jesús les avisa de este cambio que puede provocar la vida de los fariseos en el resto del pueblo. Sin embargo Jesús nos invita a la sinceridad que es lo contrario a la hipocresía, hablando en favor de una iglesia a pleno día, como una casa con paredes de cristal donde todo puede ser visto, y nos invita a vivir a pleno día, sin miedo a la persecución, al desprecio, a no temer a la muerte del cuerpo, afirmando que los que matan no pueden hacer nada más.
También se afirma que Dios no se olvida de nosotros, que valemos más que todos los gorriones juntos, que Dios se ocupa de las más pequeñas de sus criaturas, que Dios se interesa por todo lo que no tiene la menor apariencia de grandeza, que Dios todo lo lleva en su corazón. Estamos llamados a vivir las realidades que Jesús nos presenta y nos advierte de la hipocresía de quienes viven sin el sagrado temor de Dios.