Cuándo llegará el Reino de Dios?

Cuándo llegará el Reino de Dios?

Evangelio según san Lucas 17, 20-25

Los fariseos le preguntaron a Jesús cuándo llegará el Reino de Dios. Él les respondió: El Reino de Dios no viene ostensiblemente y no se podrá decir: “Está aquí” o “Está allí”. Porque el Reino de Dios está entre ustedes”. Jesús dijo después a sus discípulos: “Vendrá el tiempo en que ustedes desearan ver uno solo de los días del Hijo del hombre y no lo verán. Les dirán: “Está aquí” o “Está allí”, pero no corran a buscarlo. Como el relámpago brilla de un extremo al otro del cielo, así será el Hijo del hombre cuando llegue su Día.

Comentario del Evangelio

Descubrir hoy la presencia del Reino

“El reino de Dios está en medio de vosotros”. Ante la pregunta por el futuro Jesús invita a quedarse en el presente y descubrir en él la presencia del Reino. Nos invita a no buscarlo en acontecimientos inusuales, ni a esperarlo en un futuro incierto, sino en la vida ordinaria, en lo cotidiano de cada día. El Reino es el fruto de la presencia del Señor, la promesa cumplida de estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo. ¿Dónde encontrarle? En la Eucaristía, en la Escritura, en el hermano necesitado, en el pobre, en el que sufre, en la belleza, en la naturaleza, allí donde hay amor verdadero, en el perdón, en la inocencia de un niño, en los corazones mansos de los que hacen posible la paz… Es importante reconocerlo para no ir en pos de otros.

Lecturas del día

Lectura del libro de la Sabiduría 7, 22-8, 1

En la Sabiduría hay un espíritu inteligente, santo, único, multiforme, sutil, ágil, perspicaz, sin mancha, diáfano, inalterable, amante del bien, agudo, libre, bienhechor, amigo de los hombres, firme, seguro, sereno, que todo lo puede, lo observa todo y penetra en todos los espíritus: en los inteligentes, los puros y hasta los más sutiles. La Sabiduría es más ágil que cualquier movimiento; a causa de su pureza, lo atraviesa y penetra todo. Ella es exhalación del poder de Dios, una emanación pura de la gloria del Todopoderoso: por eso, nada manchado puede alcanzarla. Ella es el resplandor de la luz eterna, un espejo sin mancha de la actividad de Dios y una imagen de su bondad.

Aunque es una sola, lo puede todo; permaneciendo en sí misma, renueva el universo, de generación en generación, entra en las almas santas, para hacer amigos de Dios y profetas. Porque Dios ama únicamente a los que conviven con la Sabiduría. Ella, en efecto, es más radiante que el sol y supera a todas las constelaciones; es más luminosa que la misma luz, ya que la luz cede su lugar a la noche, pero contra la Sabiduría no prevalece el mal. Ella despliega su fuerza de un extremo hasta el otro, y todo lo administra de la mejor manera.

Salmo 118, 89-91. 130. 135. 175

Tu palabra, Señor, permanece para siempre,
está firme en el cielo.
Tu verdad permanece por todas las generaciones;
Tú afirmaste la tierra y ella subsiste.

Todo subsiste hasta hoy conforme a tus decretos,
porque todas las cosas te están sometidas.
La explicación de tu palabra ilumina y da inteligencia al ignorante.

Que brille sobre mí la luz de tu rostro, y enséñame tus preceptos. Que yo viva y pueda alabarte, y que tu justicia venga en mi ayuda.

Comentario de sacerdote dominico  Reflejo de la luz eterna

Lucas nos habla en boca de Jesús del Reino de Dios. ¿Dónde ubicarlo? ¿Cuándo y dónde se manifestará? Era la pregunta de los fariseos. Y Jesús contesta que no hay tiempo ni lugar para el Reino de Dios. Es algo que se encuentra dentro de ti. Se manifestará en la intimidad de la fe. Cuando me adhiero al reino de Dios, para Jesús ya se ha manifestado ese Reino de Dios. Pero seguimos buscando cosas extraordinarias, y espectaculares para creer en Dios, y Dios se manifiesta en la sutileza de la vida. Cuando Elías buscaba a Dios, lo buscaba entre terremotos y huracanes, pero al final lo encontró en una brisa suave.

Dios permanece en nuestro interior como una semilla que se ha de cuidar, y hacerla germinar. Germinar, sacar a la luz, descubrir, encontrar son las acciones que podemos realizar cuando se trata de Dios. Dios espera a nuestra libertad de comprensión, espera a cuando te veas preparado para aceptarlo en tu vida.

Queremos controlar el presente, el dónde y el cuándo, pero se escapa de nuestras manos. Eso le pertenece a Dios. No sabemos cuándo y dónde se manifestará el Reino de Dios, como tampoco sabemos distinguir la gracia del pecado. Tampoco sabemos cuándo y dónde nuestros días serán caducos. Por lo tanto, todo queda en las manos de Dios, a él le pertenece el encuentro, y a nuestra libertad el acontecimiento de descubrirlo. Un hermoso regalo.

 

 

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