Evangelio según San Mateo 23,27-32
¡Ay de ustedes escribas y fariseos hipócritas que parecen sepulcros blanqueados: hermosos por fuera, pero por dentro llenos de huesos de muertos y de podredumbre! Así también son ustedes: por fuera parecen justos delante de los hombres, pero por dentro están llenos de hipocresía y de iniquidad. ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que construyen los sepulcros de los profetas y adornan las tumbas de los justos, diciendo: Si hubiéramos vivido en el tiempo de nuestros padres, no nos hubiéramos unido a ellos para derramar la sangre de los profetas! De esa manera atestiguan contra ustedes mismos que son hijos de los que mataron a los profetas. ¡Colmen entonces la medida de sus padres!
Comentario del Evangelio
Vivir en la hipocresía
Concluye el discurso contra los fariseos. Nada queda fuera de la mirada de Cristo, que ve lo más profundo. Lo importante del regalo no es el envoltorio, sino lo que hay en el interior. ¿Qué hay detrás de todo lo exterior, de las apariencias, de lo que se muestra a los demás? ¿Qué sucede si se quita el papel de celofán y queda al descubierto lo de dentro? ¡Qué fácil es mirar atrás para ver el mal en los que nos han precedido sin darnos cuenta de que no somos mejores! El problema nunca es el pecado, sino la hipocresía que lo encubre y lo disimula.
Lecturas del día
Primera Carta de San Pablo a los Tesalonicenses 2,9-13
Recuerden, hermanos, nuestro trabajo y nuestra fatiga cuando les predicamos la Buena Noticia de Dios, trabajábamos día y noche para no serles una carga. Nuestra conducta con ustedes, los creyentes, fue siempre santa, justa e irreprochable: ustedes son testigos, y Dios también. Y como recordarán, los hemos exhortado y animado a cada uno personalmente, como un padre a sus hijos, instándoles a que lleven una vida digna del Dios que los llamó a su Reino y a su gloria. Nosotros, por nuestra parte, no cesamos de dar gracias a Dios, porque cuando recibieron la Palabra que les predicamos, ustedes la aceptaron no como palabra humana, sino como lo que es realmente, como Palabra de Dios, que actúa en ustedes, los que creen.
Salmo 139(138),7-8.9-10.11-12ab
¿A dónde iré para estar lejos de tu espíritu?
¿A dónde huiré de tu presencia?
Si subo al cielo, allí estás tú;
si me tiendo en el Abismo, estás presente.
Si tomara las alas de la aurora
y fuera a habitar en los confines del mar,
también allí me llevaría tu mano
y me sostendría tu derecha.
Si dijera: “¡Que me cubran las tinieblas
y la luz sea como la noche a mi alrededor!”,
las tinieblas no serían oscuras para ti
y la noche sería clara como el día.
Sermón de san Bernardo (1091-1153) Oh Dios, crea en mí un corazón puro
«Rasgad vuestros corazones, dice el profeta, y no vuestras vestiduras». ¿Quién de entre vosotros tiene la voluntad particularmente apegada a no ceder, a entestarse? Que rasgue su corazón con la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios. Que lo rasgue y lo reduzca a polvo porque nadie puede convertirse al Señor si no es con un corazón roto… Escucha a un hombre según el corazón de Dios: «Mi corazón está firme, Dios mío, mi corazón está firme». Está firme tanto para la adversidad como para la prosperidad, se mantiene firme tanto para las cosas humildes como para las más elevadas, está firme y a punto para todo lo que tú ordenarás… «Mi corazón está firme, Dios mío, mi corazón está firme». ¿Quién está a punto, como David, tanto para salir como para entrar y andar según la voluntad del Rey?
(Referencias bíblicas : Jl 2,13; Ef 6,17; Sl 50,19; Sl 56,8; 2S 5,2)