Así como Jonás fue un signo para los ninivitas Jesús lo es para nosotros los cristianos

Así como Jonás fue un signo para los ninivitas Jesús lo es para nosotros los cristianos

Evangelio según San Lucas 11,29-32

Al ver Jesús que la multitud se apretujaba, comenzó a decir: “Esta es una generación malvada. Pide un signo y no le será dado otro que el de Jonás. Así como Jonás fue un signo para los ninivitas, también el Hijo del hombre lo será para esta generación. El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra los hombres de esta generación y los condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón y aquí hay alguien que es más que Salomón. El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás y aquí hay alguien que es más que Jonás.

Comentario del Evangelio

Jesús hace referencia a los extranjeros que se movieron al escuchar el mensaje del Dios de Israel aunque eran los impíos. Por eso el ejemplo de Jesús es una gran enseñanza para nosotros. Esas personas a las que a veces calificamos de “alejadas” en muchas ocasiones saben descubrir a Dios en su vida diaria sin pedir señales extraordinarias.Hoy nos preguntamos:
¿Somos capaces de reconocer la presencia y la llamada y acción de Dios en nuestros acontecimientos cotidianos?
¿Le pedimos a Dios cosas extraordinarias para aumentar nuestra fe?
¿Es nuestra vida diaria un encuentro con Dios?

Lecturas del dia

Carta de San Pablo a los Romanos 1,1-7

Carta de Pablo, servidor de Jesucristo, llamado para ser Apóstol, y elegido para anunciar la Buena Noticia de Dios, que él había prometido por medio de sus Profetas en las Sagradas Escrituras, acerca de su Hijo, Jesucristo, nuestro Señor, nacido de la estirpe de David según la carne, y constituido Hijo de Dios con poder según el Espíritu santificador. por su resurrección de entre los muertos.

Por él hemos recibido la gracia y la misión apostólica, a fin de conducir a la obediencia de la fe, para gloria de su Nombre, a todos los pueblos paganos, entre los cuales se encuentran también ustedes, que han sido llamados por Jesucristo.

A todos los que están en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos, llegue la gracia y la paz, que proceden de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.

Salmo 98(97),1.2-3ab.3cd-4

Canten al Señor un canto nuevo,
porque él hizo maravillas:
su mano derecha y su santo brazo
le obtuvieron la victoria.

El Señor manifestó su victoria,
reveló su justicia a los ojos de las naciones:
se acordó de su amor y su fidelidad
en favor del pueblo de Israel.

Los confines de la tierra han contemplado
el triunfo de nuestro Dios.
Aclame al Señor toda la tierra,
prorrumpan en cantos jubilosos.

Himno de Simeón el Nuevo Teólogo (c. 949-1022) Mi palabra se elevará el día del Juicio

Soy el Pastor y el Maestro de quienes lo desean. De otros, en cambio, soy el Creador, el Dios natural, pero no soy el Rey, ni el Guía, ya que no han tomado su cruz par a seguirme. Son hijos, esclavos e instrumentos del Adversario.

Mira esos terribles misterios, su inconsciencia, mira y gime sobre ellos, si puedes a toda hora. Ellos son llamados de la oscuridad a la luz que no declina, de la muerte a la vida, de los infiernos al cielo, de lo provisorio y corruptible a la gloria eterna. Sin embargo, se ponen en cólera y enfurecen contra quienes les enseñan. En vez de seguirme, traman contra ellos toda clase de engaños, prefieren morir antes que dejar las tinieblas y las obras de tinieblas. (…)

No los obligues a hacer lo que les enseñas: repíteles simplemente mis palabras y exhórtalos a observarlas como lo que les procura la vida eterna. Esas palabras se elevarán cuando yo vendré para el Juicio y ellas los juzgarán a todos según su mérito.

Tú permanecerás sin responsabilidad, sin ninguna clase de condenación porque no ignoraste el valor de mis palabras, sino que lo que has recibido, lo has prodigado a todos. Es lo que me agrada, es esa la obra de mis apóstoles y discípulos, que han actuado siguiendo mis mandamientos: proclamarme Dios en el mundo entero, enseñar mi voluntad y órdenes y dejarlas por escrito a los hombres. Lucha, entonces, para actuar y enseñar como ellos. (…) ¡Esfuérzate en salvarte, tú y los que te escuchan, en caso que encuentres sobre la tierra un hombre que tenga oídos para oír y que escucha tus palab

 

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