Evangelio según san Mateo 12,38-42
Entonces algunos escribas y fariseos le dijeron: Maestro, queremos que nos hagas ver un signo. El les respondió: Esta generación malvada y adúltera reclama un signo, pero no se le dará otro que el del profeta Jonás. Porque así como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del pez, así estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra tres días y tres noches. El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay alguien que es más que Jonás. El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra esta generación y la condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay alguien que es más que Salomón.
Comentario
Los doctores de la ley no habían entendido nada de todo lo que Jesús había hecho. Quieren ver “un signo” y Jesús no se somete a la petición de las autoridades religiosas. En ocasiones también a nosotros nos cuesta entender los caminos de Dios. Muchas veces la vida se presenta confusa, injusta, oscura…. o nuestras miradas «algo mezquinas», no logran apreciar su paso en nuestra historia. Con sencillez pidamos al Señor que fortalezca nuestra fe, para poder contemplar los signos de su presencia. Hoy nos preguntamos:
¿Soy como aquél que pide una señal para creer?
¿Creo en el camino que Dios quiere?
¿Sigo a Jesús sin pedir nada a cambio?
Lecturas del día
Libro de Miqueas 6,1-4.6-8
Escuchen lo que dice el Señor: «¡Levántate, convoca a juicio a las montañas y que las colinas escuchen tu voz! ¡Escuchen, montañas, el pleito del Señor, atiendan, fundamentos de la tierra! Porque el Señor tiene un pleito con su pueblo, entabla un proceso contra Israel; “¿Qué te hice, pueblo mío, o en qué te molesté? Respóndeme.
¿Será porque te hice subir de Egipto, porque te rescaté de un lugar de esclavitud y envié delante de ti a Moisés, Aarón y Miriam?”» ¿Con qué me presentaré al Señor y me postraré ante el Dios de las alturas? ¿Me presentaré a él con holocaustos, con terneros de un año? ¿Aceptará el Señor miles de carneros, millares de torrentes de aceite? ¿Ofreceré a mi primogénito por mi rebeldía, al fruto de mis entrañas por mi propio pecado?
Se te ha indicado, hombre, qué es lo bueno y qué exige de ti el Señor: nada más que practicar la justicia, amar la fidelidad y caminar humildemente con tu Dios.
Salmo 50(49),5-6.8-9.16bc-17.21.23.
“Reúnanme a mis amigos,
a los que sellaron mi alianza con un sacrificio”.
¡Que el cielo proclame su justicia,
porque el Señor es el único Juez!
No te acuso por tus sacrificios:
¡tus holocaustos están siempre en mi presencia!
Pero yo no necesito los novillos de tu casa
ni los cabritos de tus corrales.
“¿Cómo te atreves a pregonar mis mandamientos
y a mencionar mi alianza con tu boca,
tú, que aborreces toda enseñanza
y te despreocupas de mis palabras?
Haces esto, ¿y yo me voy a callar?
¿Piensas acaso que soy como tú?
Te acusaré y te argüiré cara a cara.
El que ofrece sacrificios de alabanza,
me honra de verdad;
y al que va por el buen camino,
le haré gustar la salvación de Dios.”
Enseñanza de san Efrén (c. 306-373) El signo de Jonás
Después de todos los signos que nuestro Señor había dado, estos ciegos le dicen: «Nosotros queremos ver un signo tuyo». Nuestro Señor dejando de lado a los reyes y los profetas, sus testigos, llama a los Ninivitas… Jonás había anunciado la destrucción a los Ninivitas; el había inspirado su temor, tenía sembrado el estupor en casa de estos; y estos le presentarán el ramo de la contrición de alma y los frutos de penitencia. Las naciones han sido por tanto elegidas, y los incircuncisos son aprobados de Dios. Los paganos han recibido la vida, y los pecadores se han convertido…
«Ellos reclaman de él un signo del cielo» (Lc 11,16), por ejemplo el trueno, como en Samuel (cf 1Sm 7, 10)… Habían entendido un predicación venida de lo alto, y no habían creído; también la predicación enseña las profundidades…» El Hijo del hombre estará en el seno de la tierra, como Jonás estuvo en el vientre de la ballena»… Jonás desde el mar enseña y predica a los Ninivitas que hagan penitencia y serán salvados; lo mismo nuestro Señor, después de haber resucitado su cuerpo del Seol, envía a sus apóstoles en medio de las naciones; serán perfectamente convertidas y recibirán la plenitud de la vida.