Evangelio según San Mateo 9, 27-31
En aquel tiempo, dos ciegos seguían a Jesús, gritando: «Ten compasión de nosotros, hijo de David». Al llegar a la casa se le acercaron los ciegos, y Jesús les dijo:
«¿Creéis que puedo hacerlo?».
Contestaron: «Sí, Señor». Entonces les tocó los ojos, diciendo:
«Que os suceda conforme a vuestra fe».
Y se les abrieron los ojos. Jesús les ordenó severamente: «¡Cuidado con que lo sepa alguien!». Pero ellos, al salir, hablaron de él por toda la comarca.
Comentario
Los oprimidos volverán a alegrarse con el Señor
Ante “los que se esconden de Yahvé para ejecutar sus planes y ejecutar sus sobras en las tinieblas”, este pasaje de Isaías es un anuncio positivo de la actuación de Dios, de su ofrecida salvación, que todavía no ha llegado a su plenitud, pero ya está cerca: “Pronto, muy pronto, el Líbano se convertirá en vergel… oirán los sordos… verán los ojos de los ciegos… los oprimidos volverán a alegrarse con el Señor”.
Las situaciones negativas desparecerán: “se acabó el opresor, terminó el cínico y serán aniquilados los despiertos para el mal. Ello llevará que la casa de Jacob vivirá experiencias positivas: “Ya no se avergonzará Jacob, ya no se sonrojará su cara”.
Jesús con su llegada nos regalará la plenitud de la salvación. Con su vida, muerte y resurrección nos acercará de manera clara a su Dios, haciéndonos hijos de Dios y hermanos unos de otros.
Tenemos que vivir esta salvación regalada y en todos los momentos vivir como hijos, hijos de Dios, y hermanos unos de otros.
Ten compasión de nosotros, Hijo de David
Dios está empeñado en alegrar nuestra vida, ofreciéndonos su salvación. Apoyado en nuestra fe, cura nuestra ceguera y nos ofrece su luz ante nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro: “Yo soy la luz del mundo”. Nos ofrece su luz ante nuestro pasado regalándonos sus bendiciones y olvidándose de nuestros pecados. Nos ofrece su luz ante nuestro presente, ofreciéndonos estar siempre con nosotros, acompañándonos en nuestro camino. Nos ofrece su luz ante nuestro futuro ofreciéndonos la vida de total felicidad y para siempre: “Venid benditos de mi Padre a disfrutar del reino preparado para vosotros desde la creación del mundo”.
Lecturas del día
Lectura del libro de Isaías 29, 17-24
Esto dice el Señor:
«Pronto, muy pronto,
el Líbano se convertirá en vergel, y el vergel parecerá un bosque. Aquel día, oirán los sordos las palabras del libro; sin tinieblas ni oscuridad verán los ojos de los ciegos. Los oprimidos volverán a alegrarse en el Señor, y los pobres se llenarán de júbilo en el Santo de Israel; porque habrá desaparecido el violento, no quedará rastro del cínico; y serán aniquilados los que traman para hacer el mal:
los que condenan a un hombre con su palabra,
ponen trampas al juez en el tribunal,
y por una nadería violan el derecho del inocente.
Por eso, el Señor, que rescató a Abrahán, dice a la casa de Jacob: “Ya no se avergonzará Jacob, ya no palidecerá su rostro, pues, cuando vean sus hijos mis acciones en medio de ellos, santificarán mi nombre, santificarán al Santo de Jacob y temerán al Dios de Israel”.
Los insensatos encontrarán la inteligencia y los que murmuraban aprenderán la enseñanza».
Salmo 26, 1. 4. 13-14
R/. El Señor es mi luz y mi salvación
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar? R/.
Una cosa pido al Señor,
eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo. R/.
Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R/.