Los fariseos comenzaron a hacer planes para matar a Jesús

Los fariseos comenzaron a hacer planes para matar a Jesús

Evangelio según san Marcos   3,  1 – 6

En aquel tiempo, Jesús entró en la sinagoga, donde había un hombre que tenía tullida una mano. Los fariseos estaban espiando a Jesús para ver si curaba en sábado y poderlo acusar. Jesús le dijo al tullido: “Levántate y ponte allí en medio”.

Después les preguntó: “¿Qué es lo que está permitido hacer en sábado, el bien o el mal? ¿Se le puede salvar la vida a un hombre en sábado o hay que dejarlo morir?” Ellos se quedaron callados.

Entonces, mirándolos con ira y con tristeza, porque no querían entender, le dijo al hombre: “Extiende tu mano”. La extendió, y su mano quedó sana.

Entonces se fueron los fariseos y comenzaron a hacer planes, con los del partido de Herodes, para matar a Jesús.

Comentario

Jesús se presenta públicamente como alguien que lucha contra la enfermedad y que vino para sanar al hombre de todo mal, tanto el mal del espíritu como el mal del cuerpo. Cuando le llevaban un enfermo para que lo tocase y lo curase, no se entretenía con otras cosas. La curación estaba antes que la ley, incluso una tan sagrada como el descanso del sábado (cf. Mc 3, 1-6). El amor de Jesús era dar la salud, hacer el bien y, esto estaba siempre en primer lugar.

Jesús manda a los discípulos a realizar su misma obra y les da el poder de curar. He aquí la tarea de la Iglesia. Ayudar a los enfermos, ayudar siempre, consolar, aliviar y estar cerca de los enfermos. Esta es la tarea.

La Iglesia invita a la oración continua por los propios seres queridos afectados por el mal. La oración por los enfermos no debe faltar nunca. Es más, debemos rezar, tanto personalmente como en comunidad, por los enfermos como primera tarea.

Lecturas del día

Lectura de la carta a los Hebreos   7, 1-3. 15-17

Hermanos: Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios altísimo, salió al encuentro de Abraham, cuando éste volvía de derrotar a los reyes, y lo bendijo. Abraham le dio entonces la décima parte de todo el botín.

El nombre de Melquisedec, significa rey de justicia y el título rey de Salem, significa rey de paz. No se mencionan ni su padre ni su madre, y aparece sin antepasados. Tampoco se encuentra el principio ni el fin de su vida. Es la figura del Hijo de Dios, y como él, permanece sacerdote para siempre.

En efecto, como Melquisedec, Jesucristo ha sido constituido sacerdote, en virtud de su propia vida indestructible y no por la ley, que señalaba que los sacerdotes fueran de la tribu de Leví. La palabra misma de Dios lo atestigua, cuando dice: Tú eres sacerdote para siempre, como Melquisedec.

Salmo 109,1.2.3.4

R/. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec

Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies». R/.

Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos. R/.

«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, desde el seno,
antes de la aurora». R/.

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisedec». R/.

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