Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén y nosotros debemos seguirlo

Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén y nosotros debemos seguirlo

Evangelio según san Lucas 9,51-56

Cuando se completaron los días en que iba a ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros delante de él. Puestos en camino, entraron en una aldea de samaritanos para hacer los preparativos. Pero no lo recibieron, porque su aspecto era el de uno que caminaba hacia Jerusalén. Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le dijeron: «Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo que acabe con ellos?». Él se volvió y los regañó. Y se encaminaron hacia otra aldea.

Comentario del Evangelio

El evangelio de hoy cuenta cómo Jesús decide ir para Jerusalén. Se tratará de un camino no exento de dificultades y, de algún modo, de un largo proceso de aprendizaje para los discípulos. Por eso, es una llamada a la conversión, porque es el camino de respuesta a la voluntad de Dios. Para nosotros, afirmar estar en camino con Jesús nos obliga a asumir las consecuencias, las dificultades, la realidad diversa presente en el camino. Pidiéndole hoy al Señor que deje que la lógica de nuestra cabeza sea moderada por la compasión de su corazón. Hoy nos preguntamos:

¿Qué causa los sentimientos de venganza que a veces experimento?

¿Qué aprendemos hoy de la pedagogía de Jesús con sus discípulos que quieren vengarse de los samaritanos?

¿Puedo dejar de mirar a otros como mis enemigos?

Lecturas del dia

Lectura del libro de Job 3,1-3.11-17.20-23

Job abrió la boca y maldijo su día, diciendo:

«Muera el día en que nací
y la noche que anunció:
“Se ha concebido un varón”!
¿Por qué al salir del vientre no morí
o perecí al salir de las entrañas?
¿Por qué me recibió un regazo
y unos pechos me dieron de mamar?

Ahora descansaría tranquilo,
ahora dormiría descansado
con los reyes y consejeros de ¡a tierra
que se hacen levantar mausoleos,
o con los nobles que amontonan oro,
que acumulan plata en sus palacios.

Como aborto enterrado, no existiría,
igual que criatura que no llega a ver la luz.
Allí acaba el ajetreo de los malvados,
allí reposan los que están desfallecidos.
¿Por qué se da luz a un desgraciado
y vida a los que viven amargados,
que ansían la muerte que no llega
y la buscan más escondida que un tesoro,
que gozarían al contemplar el túmulo,
se alegrarían al encontrar la tumba;
al hombre que no encuentra camino
porque Dios le cerró la salida?».

Sal 87, 2-8 

Señor, Dios Salvador mío,
día y noche grito en tu presencia;
llegue hasta ti mi súplica,
inclina tu oído a mi clamor.

Porque mi alma está colmada de desdichas,
y mi vida está al borde del abismo;
ya me cuentan con los que bajan a la fosa,
soy como un inválido.

Estoy libre, pero camino entre los muertos,
como los caídos que yacen en el sepulcro,
de los cuales ya no guardas memoria,
porque fueron arrancados de tu mano.

Me has colocado en lo hondo de la fosa,
en las tinieblas y en las sombras de muerte;
tu cólera pesa sobre mi,
me echas encima todas tus olas.

Reflexión de la Palabra En tiempos de incertidumbre

El libro Job nos presente un hombre justo e intachable que es sometido a duras pruebas por Satanás, con la autorización de Dios, con el fin de demostrar la fidelidad y autenticidad de su amor por Dios. En el momento más intenso de su sufrimiento, Job clama, diciendo que no entiende nada, no sabe ni siquiera quién es; se siente justo, pero duda incluso si de verdad ha sido justo, por todos los sufrimientos y hechos negativos que está viviendo, sin ninguna explicación. Todos nosotros podemos también experimentar esta misma incertidumbre ante situaciones difíciles en los cuales nos hacemos preguntas de fondo. Hay momentos en que nos podemos sentir desbordados y superados, sin conseguir ver soluciones o caminos posibles, sin tan siquiera comprender lo que está sucediendo.

Tomó la decisión de ir a Jerusalén

El Evangelio de Lucas nos narra a lo largo de este capítulo un largo y duro caminar, en el cual va preparando a los discípulos: “El que quiera venir en pos de mí niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame” “el que quiera salvar su vida la perderá; pero quien pierda la vida por mí, la salvará” Y también les permite contemplar cómo “mientras Él oraba, cambió el aspecto de su rostro y sus vestidos se volvieron de una blancura resplandeciente”.

En este capítulo existe una concentración de enseñanzas y acontecimientos que buscan expresar la urgencia de comprender lo que va a pasar. La decisión de ir a Jerusalén está vinculada a una decisión mucho mayor y vital para Jesús: el proyecto de su Padre Dios. Y toda decisión implica asumir las consecuencias que se desprenden de ella. Es en este contexto en el cual se encuentra el texto de hoy. Impacta la resolución que tanto Santiago como Juan le presentan a Jesús: bajar fuego del cielo para acabar con quienes no les acogen, destruir a quienes piensan diferente, a quienes optan por no recibirles. Y una vez más, vemos cómo Jesús les regaña y sigue el camino hacia Jerusalén y buscan posada en otra aldea.

Múltiples preguntas pueden abordar nuestro corazón. Desde qué acogida tienen las enseñanzas y vida del maestro, hasta cuál es mi actitud frente a la ausencia de acogida y del rechazo que puedo experimentar por vivir el discipulado. El P. Jaques Philippe lo expresa con sencillez y con un lenguaje muy accesible en nuestros días: “Si no entendemos la importancia del perdón y no lo integramos en nuestra convivencia con los demás, nunca alcanzaremos la libertad interior, permaneciendo prisioneros de nuestros rencores.”

Jesús fue tan libre, que su vida expresa cómo seguir hasta las últimas consecuencias el proyecto de Dios. Tan libre fue Jesús que no buscó el mal de aquellos que no pensaban como Él ni les destruyó.No se trata de huir de la realidad, sino de asumir la capacidad de amar con sus consecuencias.

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